El perfume perfecto: ¿Qué hace que una fragancia sea superior a otras?

Por Daniela España.

“ Los perfumistas que trabajan entre bastidores para inventar la fórmula perfecta.”

Después de más de una década de escribir para publicaciones como Christian Science Monitor, U.S. News y The Atlantic, el periodista Chandler Burr se cruzó con el mundo de los perfumes por error.

El periodista tenía un interés personal en la historia del arte, la economía y la cultura oriental, y durante un viaje a Londres conoció al científico Luca Turin que tenía una profunda fascinación por el arte de la fragancia y por cómo funciona el sentido del olfato.

Burr terminó escribiendo su libro The Emperor of Scent sobre el científico en el año 2004 y, a partir de ahí, profundizó en el tema. De 2006 a 2010, se desempeñó como el primer y único crítico de perfumes del New York Times. Otorgó cuatro estrellas y la calificación de “excelente” a Midnight Fantasy de Britney Spears, llamándola “la encarnación olfativa perfecta de Spears”.

“El perfume perfecto” muestra su visión analítica de un tema que muchos ven como unidimensional, en el libro el periodista habla del camino que hay que recorrer al planear, producir y comercializar dos perfumes para el mercado masivo. David Remnick, el editor de The New Yorker, se acercó a él en 2005 para construir un relato sobre la creación de la próxima fragancia de Hermès hecha por el famoso perfumista Jean-Claude Ellena.

La historia sigue a Burr mientras viaja a París para encontrarse con Ellena, uno de los mejores fabricantes de fragancias del mundo que se venden bajo los nombres de los diseñadores y el hombre que Hermès eligió estratégicamente para convertirse en su primer perfumista interno, impulsar sus mediocres ventas de perfumes y crear Un Jardin sur la Nil. Burr, Ellena y todo el equipo del proyecto viajan desde París a las profundidades de Egipto, donde las vistas y los olores de la ciudad sirven de inspiración para la última creación de la casa.

De regreso en Manhattan documenta de manera más extensa para The New York Times, el proceso de producción de Lovely, perfume de la marca Coty hecho de la mano de Sarah Jessica Parker (hasta ahora su fragancia más vendida), quien según Burr, no es la típica celebridad cuando se trata de lanzar una línea de fragancias; ella estuvo involucrada desde el principio sorprendiendo a todos con su interés, dedicación y aportación en el proyecto.

¿QUÉ HACE QUE UNA FRAGANCIA SEA SUPERIOR A OTRAS?

Los perfumistas que trabajan entre bastidores para inventar la fórmula perfecta. Los aromas del perfume de Britney Spears y Sarah Jessica Parker ocupan un lugar destacado en el libro de Burr debido a los profesionales que se encargaron de su producción, mientras que una marca como Armani, cuya colección Privé Haute Couture Fragrance, puede producir solo botellas llamativas sin obtener comentarios positivos.

“La única manera de hablar inteligentemente sobre una obra de arte es como un todo y contextualizado en escuelas, estilos estéticos y dominio técnico o la falta de él”, dijo en una entrevista.

El libro muestra la interesante dicotomía de los mercados francés y estadounidense con respecto a la producción de perfumes. Los franceses, aunque muy interesados en el aspecto numérico del negocio, todavía tratan la elaboración de perfumes como un arte.

En su mayor parte, los creadores de estos aromas abordan su trabajo con la mayor importancia de la creación artística: debe ser profundo y debe oler bien. El mercado estadounidense, sin embargo, se trata principalmente de números, como era de esperarse.

Si bien esto de ninguna manera implica que los perfumes estadounidenses sean menos artísticos que los franceses, es fascinante ver dónde encuentran cada uno las prioridades.

Chandler Burr desprecia el marketing específico de género de la industria del perfume, aquí evoca la mezcla, a menudo exasperante, de ciencia precisa y visión artística necesaria para crear un perfume y al mismo tiempo pone en marcha su capacidad para descubrir los pequeños secretos sucios de la industria. El libro le da al lector una mirada interna a la industria del perfume de más de $31 mil millones de dólares, una imagen inusualmente fundamentada de un negocio construido en gran parte sobre el artificio.

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