Dolce&Gabbana Alta Sartoria en el Castillo de Sant’Angelo

DOLCE&GABBANA ALTA SARTORIA EN ROMA: MISTICISMO, LUJO Y GRANDEZA


En el corazón de Roma, Dolce&Gabbana Alta Sartoria transforma la moda en un acto divino. Esta vez rinden homenaje a la estética eclesiástica con teatralidad barroca


La moda es religión, y Dolce&Gabbana Alta Sartoria lo sabe. En su más reciente entrega de la maison italiana transformó el Castillo de Sant’Angelo en un altar de lujo barroco, con una colección que mira hacia lo divino sin perder la teatralidad que caracteriza a la dupla creativa.

El show fue mucho más que un desfile: fue una experiencia espiritual y visual donde el patrimonio histórico de Roma sirvió como escenario y narrativa. El castillo, originalmente un mausoleo imperial y luego fortaleza papal, es hoy una pieza viva de la historia romana. Allí, la estética eclesiástica encontró su interpretación más sofisticada, con prendas que parecían salidas de un sueño renacentista, bordadas en oro, seda y misterio.

LA IGLESIA COMO REFERENTE DE BELLEZA ABSOLUTA

Desde siglos atrás, la Iglesia Católica ha creado un lenguaje visual tan impactante como meticuloso, en el que cada estola, casulla o capa tiene una intención estética y espiritual. Dolce&Gabbana explora ese universo con una sensibilidad moderna, sin caer en la parodia ni la provocación.

La colección de Alta Sartoria se inspiró en las vestimentas litúrgicas que hemos visto retratadas por los grandes maestros del Renacimiento: capas estructuradas, bordados intrincados, siluetas sagradas. Todo elevado por una ejecución impecable que rinde homenaje al fatto a mano italiano. Cada pieza parecía tener el peso simbólico de siglos, y al mismo tiempo, la ligereza de lo etéreo.

DOLCE&GABBANA ALTA SARTORIA, UNA PASARELA EN EL CORAZÓN DE ROMA

Pocas locaciones pueden contar tantas historias como el Castillo de Sant’Angelo. Su legado como mausoleo, bastión, prisión y sede papal lo convierte en un ícono cargado de significado. En este contexto, los looks desfilaban como si salieran de un fresco barroco, avanzando por los pasillos de piedra al ritmo de una liturgia de moda.

La simbología fue clave. Los colores cardenalicios, los motivos sacros, las cruces y ángeles bordados transformaron las piezas en manifiestos visuales. Este no fue un homenaje literal, sino una interpretación libre, audaz y profundamente italiana de la moda como arte sacro. La luz del atardecer sobre la piedra antigua, el mármol y el sonido de las campanas convirtieron el show en un acto casi religioso.

ALTA SARTORIA COMO RITUAL DE PODER

La Dolce&Gabbana Alta Sartoria es, desde hace años, el statement más puro de su ADN: teatral, artesanal, maximalista. Pero en esta edición, se sintió también ceremonial. Como si cada prenda fuese parte de un ritual en el que se invoca el poder del pasado para hablarle al presente.

Las túnicas bordadas a mano, los capotes con siluetas majestuosas, los accesorios dignos de un papa ilustrado, crean una estética que no teme al exceso, porque ahí reside su fuerza. En un momento donde el minimalismo domina la conversación, esta colección abraza el exceso como una forma de autenticidad.