ROBERTO GALLEGOS: ERES LO QUE CONSUMES | Noir Magazine

ROBERTO GALLEGOS: ERES LO QUE CONSUMES

Créditos:
Director editorial y realizador: @gerardangulo
Fotografía: @bryanfls
Grooming: @danielaglzmakeup
Asistente de moda: @vanecl.__ y @ser.mua
Producción: @_yulietd
Entrevista: @luistellez

El protagonista de esta historia no comulga con la idea de que en la vida hay una meta final. Para él, la existencia se basa en pequeñas victorias seguidas de nuevos objetivos. Eso es exactamente lo que lo mantiene vivo: la idea de construir un futuro con sus aspiraciones como ladrillos principales, y uno de ellos es inspirar y motivar a quien sea que se lo permita a alcanzar su mejor versión, con su experiencia de vida como cimiento principal. 

“Mi nombre es Roberto Gallegos y esto es… un regalo”. Si este texto fuera uno de los guiones con los que nuestro personaje de portada narra los videos que nos inspiran en el día a día, así es como empezaría el que relata esta experiencia. Y con toda razón. En esta edición, somos testigos de un hombre de madurez elevada que se encuentra en plena cosecha de los frutos de su inagotable esfuerzo, dedicación y constancia. Alguien que todos los días se reta a sí mismo, que se empuja y nos inspira a dar el extra mile, física, personal y profesionalmente hablando. 

Con la suficiente dosis de miedo de por medio, pero con rebosantes ganas de expandir esa motivación inherente que lo caracteriza, fue que el máximo crush digital de nuestra era se aventuró a dar sus primeros pasos en Tik Tok, justo cuando la nube gris de la pandemia nos empujaba a salir de nuestra zona de confort. “Primero es el miedo al qué dirán, luego a cómo voy a innovar y más tarde a no saber qué vas a hacer de tu vida… Vienen miedos tras miedos y creo que [la vida] se trata justo de eso: hacerlo con todo y miedo, porque al otro lado siempre hay algo mejor”. 

Hablar de Roberto Gallegos al día de hoy es referirse a un creador de contenido como ninguno otro. A través de su palpable aura apacible, encontramos todo menos la superficialidad que reina en el universo de los influencers. La persona que vemos en estos fragmentos no vive para mostrar una pretenciosa vida perfecta, sino todo lo contrario, un ser con los pies bien plantados sobre la tierra. Carismático y encantador a primera vista, pero una vez que te dejas envolver por su magnética presencia, encuentras más que eso: sencillez y generosidad al por mayor. «La viralidad y los números te pueden calentar la cabeza y llevarte a lugares que no. […] He experimentado tanto lo bueno como lo malo. Obviamente me ha pasado que veo los números y quieres más, la aprobación de la gente o lo que quieras, pero creo que entre más firme estés a tus valores y tus principios, y te rodees de la gente que te quiere, más frío te vas a mantener», comparte el influencer tijuanense.

Su dedicación lo ha llevado a conquistar a más de dos millones de internautas, y con ello, a vivir experiencias que muy pocos tienen el privilegio: estar en uno de los desfiles de Tommy Hilfiger en New York Fashion Week, por ejemplo. «Fue un momento starstruck. […] Para mí, ver y rozar codos con esa gente fue sentir que a lo mejor estaba en cierto punto de fama. Es algo que en su momento está padre vivirlo y disfrutarlo, pero tampoco creer que es para siempre. Está chido, pero no es lo que me define. […] Realmente creo que a veces la gente me confunde y me ve como: Roberto “el chico guapo”, pero a mí me gusta ayudar a gente, me gusta cambiar vidas y por ello es que nació mi contenido», explica Gallegos. 

Dicen por ahí, “eres lo que comes”, pero nosotros lo refrasearíamos a “eres lo que consumes”: «Hay una dieta para el cuerpo físico que nos hace ver y sentir bien, pero también hay una dieta visual que se enfoca en ver lo positivo». Eso es Roberto Gallegos para sus seguidores: una buena porción diaria en el “plato del buen consumir”; ese combustible que te hace crecer, que te empuja y te motiva a ejercitar los músculos —más allá de los físicos— hacia una vida plena: «Quiero crecer más esto. Enseñar a la gente lo que se puede hacer para cambiar vidas, porque para mí, de eso se trata. Ayudar a los demás es algo en lo que soy bueno y con lo que creo que puedo». 

Su filosofía de vida podría resumirse en una sola palabra: disciplina. Mucha gente sataniza la “rutina”, porque tal parece que da pavor aquello que nos remite a la monotonía. Pero si algo hemos aprendido bajo su ala es que la rutina es sinónimo de constancia, el elemento esencial que nos lleva a tener éxito, en cualquier área de nuestra vida: «Va a haber puntos en los que no sabes si puedes […] y hay que seguir dándole, porque para recibir eso que queremos, es rutina y ser constante. Hacer las cosas cuando nadie está viendo. […] Por eso es que funcionan las rutinas, porque nos forzamos a hacer lo aburrido, lo que nadie quiere, aunque todo esté yendo mal. La gente lo puede ver como overnight success pero no es así. Es una determinación de años». Al final del día, se trata de enamorarse del proceso, no del resultado.