Chupa Chups: el logo que diseño Salvador Dalí

CHUPA CHUPS: EL LOGO QUE DISEÑO SALVADOR DALÍ


Cómo Salvador Dalí diseñó en una hora el icónico logo de Chupa Chups y revolucionó el arte del packaging 



En 1969, el mundo del arte y el marketing se ataron de la mano gracias a una servilleta, un café y la genialidad de Salvador Dalí. Cuando Enric Bernat, el fundor de Chupa Chups, buscaba una identidad visual y que se reconcomerá de forma global, no acudió a una agencia cualquiera: fue directo al maestro del surrealismo. Lo que sucedió en menos de una hora redefinió no solo la marca, sino también lo que entendemos por branding con estilo.

LA MARGARITA QUE SUSTITUIÓ AL LOGO

Dalí espontáneamente dibujó una flor amarilla –una margarita– sobre una servilleta de papel, rodeando el nombre “Chupa Chups” con sus pétalos. El rojo intenso de las letras contrastando con el fondo vivo y soleado convirtió un al caramelo en un emblema. Fue un diseño tan directo como brillante, donde la forma y el color transmitían energía, juventud y autenticidad

ESE DETALLE QUE CAMBIÓ TODO

Como buen estratega, Dalí recomendó colocar el logo en la parte superior del envoltorio, no en los laterales. Quería que el símbolo estuviese siempre visible, incluso cuando el caramelo ya estaba siendo disfrutado. Esa decisión –tan simple – es una lección de visibilidad y permanencia.

UNA EVOLUCIÓN MINIMALISTA  

Originalmente, el logo utilizaba rojo, negro y amarillo. Pero Dalí redujo la paleta: sólo rojo sobre amarillo, eliminando el negro y simplificando la iconografía. Con un estilo limpio y memorable, consiguió que la marca resistiera décadas sin perder su fuerza ni originalidad .

ARTE COMERCIAL CON ALMA SURRREALISTA

El toque surrealista no fue sólo estético, sino estratégico. Dalí transformó un envoltorio en un objeto de deseo cultural. Con esa margarita, no regaló un dibujo más, regaló una narrativa: estilo, irreverencia y atemporalidad. 

UN DISEÑO QUE RESISTE GENERACIONES

Más de cincuenta años después, ese logo sigue presente, con ajustes mínimos. No ha sido necesario reinventarlo: su esencia visual y su mensaje intacto prueban que cuando arte y negocio se entienden, lo simple se convierte en brillante, y lo práctico, en eterno icono .