Blumarine Primavera-Verano 2026: el encanto oscuro de la feminidad etérea

BLUMARINE 2026: DEL ROMANTICISMO ETÉREO A LA ARMADURA DE SEDA


Bajo la mirada de David Koma, Blumarine se despoja de su inocencia de mariposa para deslizarse entre sombras. Delicadeza y oscuridad colisionan: el hada no se rompe, se vuelve arma.


La metamorfosis oscura

El clásico romanticismo de la casa se retuerce. Los estampados de mariposa se tornan en estructuras rígidas; los elementos etéreos fluyen con bordes ásperos. La colección se inspira en lo gótico literario: cruces colgantes, arañas bordadas y cadenas que acarician sin aprisionar.

Los vestidos transparentes, el tul con efecto camuflaje, los drapeados que parecen envoltorios de seda rota: todo respira un susurro sexual, íntimo, artesano. Koma habla de tensión entre fragilidad y fuerza. Esa tensión es el pulso de Blumarine SS26.

Siluetas entre la luz y la niebla

La paleta oscila entre tonos desnudos, hueso, grises y negro profundo. Los acentos metálicos relampaguean como relámpagos en la noche. Las formas se construyen con volumen medido: capas que se superponen, cortes que se abren como grietas, efectos de piel y muselina en duelo estético.

El intreccio clásico no aparece explícito, pero su eco está ahí: tejidos cruzados, mallas ligadas, transparencias entrelazadas. Lo que se nació delicado, dejó de pedir permiso.

Blumarine SS26 no busca encantar con inocencia. Busca fascinar con aviso. Porque el romanticismo sin riesgo es adorno: el rompecorazones es el que resiste con estilo. Koma reinterpreta lo bello como territorio peligroso, donde el deseo y la técnica dialogan.

Este desfile no reescribe la historia de Blumarine, la transforma. El hada ya no solo revolotea: se transforma en armadura de seda.