Hublot celebra 20 años del Big Bang con el Calavera All Black

HUBLOT CELEBRA 20 AÑOS DE BIG BANG EN MÉXICO: UN RELOJ QUE MIRA A LA MUERTE Y BAILA CON LA VIDA


Ciudad de México, 14 de octubre de 2025, En el corazón del SIAR México se alzó un gesto relojero que habla. Hublot celebra las dos décadas de su icónico Big Bang con una edición limitada de 100 piezas llamada Big Bang Unico Calavera All Black, un reloj que no teme convertirse en símbolo y rito a la vez.


“Entre Hublot y México hay una profunda conexión y una larga amistad”, dice Julien Tornare, CEO de la marca. Esa complicidad se materializa ahora en una pieza que fusiona ingeniería, estética oscura y memoria cultural. Así, México se vuelve escenario del aniversario, y la calavera —tan presente en la tradición mexicana del Día de los Muertos— se viste de zafiro y mecánica.

LA CALAVERA EN ZAFIRO: LA MUERTE CELEBRADA

Este Big Bang Unico All Black de 42 mm es el primero en su tipo con esfera íntegramente de zafiro transparente. En su interior, se despliega un motivo de calavera que recorre puentes y engranajes del movimiento Unico, un diálogo entre lo visible y lo oculto. No es adorno: es estructura. Y al mirar entre la calavera, se descubre el latido mecánico que late tras la máscara.

Cada esfera de zafiro permite un juego de luces y sombras: la calavera se percibe al frente, pero también se funde con el movimiento interno. A las 9 h, el ojo izquierdo gira como segundero, recordando que el tiempo y la muerte son partes inseparables del reloj.

“Celebrar el Big Bang aquí era lógico, dada la fidelidad de nuestros clientes mexicanos” comenta Tornare. México fue elegido no solo como escenario, sino como corazón simbólico de este homenaje. En solo cien piezas, el Calavera All Black es tanto aniversario como ofrenda contemporánea.

DETALLES QUE HABLAN

El modelo respeta el ADN del Big Bang: agujas luminiscentes, función cronógrafo, fechador esqueletizado, su caja All Black en tonos negro y gris. Sus materiales combinan titanio, cerámica, caucho y piel para una estética que resiste la vida diaria.

ROMPIENDO límites técnicos, el reloj fusiona tradición mecánica con diseño simbólico y cultural. No es un accesorio: es experiencia, memoria y ritual portátil.