Minimalismo en Arquitectura: Funcionalidad y pureza

MINIMALISMO EN ARQUITECTURA: FUNCIONALIDAD Y PUREZA


El minimalismo en arquitectura es una corriente que se caracteriza por la simplicidad y la reducción de elementos a lo esencial.


Esta filosofía busca eliminar lo superfluo y crear espacios que resalten por su pureza, funcionalidad y claridad. La frase «menos es más», atribuida al arquitecto Ludwig Mies van der Rohe, encapsula la esencia del minimalismo arquitectónico.

El origen del minimalismo arquitectónico tiene sus raíces en el movimiento modernista de principios del siglo XX, influenciado por figuras como Ludwig Mies van der Rohe y Le Corbusier, quienes promovieron la idea de la forma funcional y la eliminación de la ornamentación. 

Su desarrollo explícito se dio en Japón, viene de las filosofías Zen y Estética Wabi-Sabi: estas promueven la simplicidad, la imperfección, y la transitoriedad. La arquitectura y los jardines japoneses tradicionales reflejan esta estética, con un enfoque en la pureza de la forma, la simplicidad de los materiales, y una integración armoniosa con la naturaleza.

La Arquitectura Zen, por ejemplo, en templos zen, el diseño simple y austero busca crear un ambiente que favorezca la meditación y la contemplación. Pensando en Wabi-Sabi, este concepto valora la belleza en la imperfección y la impermanencia, influenciando el diseño y la filosofía del minimalismo en Japón.

A partir de la segunda mitad del siglo XX, el minimalismo se extendió por todo el mundo, influenciando tanto la arquitectura residencial como la comercial e institucional.

Cortesía Church of the Light Tadao Ando, 1989

Los inicios del Minimalismo en Arquitectura

Los diseños minimalistas se centran en formas geométricas simples, líneas limpias y una estructura ordenada. La ornamentación se reduce o se elimina por completo, destacando la pureza del diseño.

Cada elemento arquitectónico tiene una función clara, y se evita cualquier adición innecesaria que no contribuya al uso o propósito del lugar.

El espacio se utiliza de manera eficiente y abierta, promoviendo un flujo de aire y luz natural. La idea es crear ambientes que se sientan amplios y libres de desorden. Se prefieren los materiales naturales y de alta calidad, como madera, piedra, vidrio, y concreto, que aportan una sensación de autenticidad y durabilidad. La textura y el acabado de estos materiales son cruciales para añadir interés visual sin recurrir a la ornamentación.

Los colores utilizados en la arquitectura minimalista suelen ser neutros y discretos. Los tonos blancos, grises, y negros son comunes, lo que ayuda a mantener una apariencia ordenada y tranquila.  La luz, tanto natural como artificial, es utilizada estratégicamente para realzar la simplicidad del diseño y crear efectos dramáticos sin la necesidad de elementos decorativos adicionales.

Cortesía Casa de la Cascada Philip Johnson, 1949

En la arquitectura contemporánea, el minimalismo sigue siendo una fuerza influyente, reflejado en la popularidad de los espacios abiertos, el uso de materiales naturales, y la integración de la tecnología con un diseño limpio y funcional. La sostenibilidad y la eficiencia energética también se alinean bien con los principios minimalistas, haciendo que este estilo sea relevante en la arquitectura moderna.