Dior Autumn Winter 2024 2025 Haute Couture en homenaje a los atletas

DIOR AUTUMN WINTER 24-25: HAUTE COUTURE EN TRIBUTO A LOS ATLETAS DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS

La alta costura se crea en el cuerpo. En este espacio singular y verdadera zona de reflexión, pone en escena una coreografía cada vez única. La llegada a París de los Juegos Olímpicos – como una encarnación sagrada de la competencia- incitó a Maria Grazia Chiuri a rendir un justo homenaje a todos los atletas que, desde la antigüedad hasta nuestros días, han superado prejuicios y obstáculos para garantizar la igualdad de condiciones en las competiciones deportivas.

DIOR AUTUMN WINTER 24-25: HAUTE COUTURE EN TRIBUTO A LOS ATLETAS DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS
Fotos tomadas por @ggomezstudio en exclusiva para @_noirmagazine DIOR AUTUMN WINTER 24-25

Vuelve así a la esencia primaria y fundamental de la prenda que tanto aprecia: el peplum, a la vez flexible y absoluto. La línea de alta costura Dior otoño-invierno 2024-2025 cobra vida en un contexto de libertad política para el cuerpo de la mujer que tanto ha costado conquistar. De hecho, el Director Creativo decidió utilizar un material que no pertenecía al mundo de la alta costura: el jersey, propuesto aquí como una malla metálica en oro, plata y blanco, que acaricia la silueta y abraza su forma, con la ayuda de un corpiño interior ultraligero que estructura los trajes.

Los pliegues, que vuelven a aparecer en muchas prendas de esta colección, se cosen hacia abajo o se abren para acompañar el movimiento. Los drapeados, una referencia visual a la estatuaria clásica, prevalecen en la pasarela en vestidos de seda magnificados por el bordado, faldas de jacquard moaré transformadas por el tiempo, conjuntos en los que la falda drapeada revela un pantalón a cada paso, y los vestidos de diosa, que, colgados de un hombro, desvelan camisetas de tirantes metálicas transparentes ribeteadas de satén.

En la línea de un modelo de alta costura, una camiseta deportiva se adorna con hojas doradas o micro lentejuelas. El rojo, «color de la vida» según Christian Dior, sublima el espectáculo; el albornoz, adornado con espejos en mosaico, opta por desobedecer su función.

Para Maria Grazia Chiuri, este desfile representa una oportunidad extraordinaria de combinar la alta costura y la ropa deportiva con el clasicismo, la rebelión, la energía colectiva y, sobre todo, el valor político del cuerpo femenino. Le permite afirmar el poder -a la vez experimental y reflexivo- de las acciones de alta costura, y su virtuosismo para repensar el encanto, la elegancia de una mujer a la vez delicada y fuerte. Una mujer que actúa tan bien como un hombre.

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