DOLCE & GABBANA PRESENTÓ ALTA MODA 2024 EN CERDEÑA ITALIA

Alta Moda es el equivalente de Haute Couture y se refiere a la moda de alta calidad y lujo, con prendas diseñadas y confeccionadas a medida por artesanos altamente cualificados. Representa la cúspide de la moda, donde la creatividad, la exclusividad y la calidad suprema se combinan.

Dolce & Gabbana presentó su colección Alta Moda 2024, este es el momento perfecto para contarte la construcción de cada momento vivido en este mágico lugar.

Una colección conformada por tonos oscuros y el icónico rojo con detalles en dorado; salidas exclusivas, radiantes con la finalidad de admirar y enfocar la mirada en cada una de las partes que conforman esta colección de Dolce & Gabbana en femenino.

Para Alta Moda 2024, los diseñadores Stefano Gabbana y Domenico Dolce trabajaron de la mano con el artista estadounidense Phillip K Smith III que vive y trabaja en el desierto del sur de California. Desde su estudio de Palm Springs, California, crea obras basadas en la luz que se basan en ideas de espacio, forma, color, luz, sombra, entorno y cambio.

Es conocido por crear obras icónicas e inmersivas “site-specific” de un sitio en específico, que van desde los tamaños más grandes hasta los más íntimos, que ralentizan nuestro ritmo de vida, permitiéndonos ser testigos de la belleza en su estado más crudo y puro.

Como primer artista encargado por Dolce & Gabbana para Alta Moda, Phillip se inspiró en la belleza única de Nora, Cerdeña y el estado de ánimo metafísico de la colección Alta Moda 2024 al concebir su nueva instalación, Nora Mirage.

Cuando uno piensa en Cerdeña, inmediatamente le viene a la mente el mar: claro, transparente y cristalino. Sin embargo, la isla desafía la clasificación, Cerdeña, situada en el corazón del Mediterráneo, cuenta con una historia milenaria que se remonta a la Edad del Bronce, marcada por la aparición de los primeros Nuraghi.

Estas estructuras de piedra truncadas en forma de cono se erigen como los restos más emblemáticos de la civilización nurágica, que debe su nombre a ellas. A lo largo de los siglos, nuevas culturas de tierras lejanas se mezclaron con la herencia indígena de la isla, como lo demuestran los sitios arqueológicos dispersos que tienen rastros de fenicios, romanos, vándalos, bizantinos, sarracenos y aragoneses.

Con sus paisajes esculpidos por el viento, esta región áspera pero generosa ha cautivado durante mucho tiempo a las civilizaciones que se han sucedido en su terreno de fuertes contrastes: desde sus playas y coloridos fondos marinos hasta sus impresionantes montañas con acantilados rocosos, pasando por la flora mediterránea caracterizada por el aroma resinoso del lentisco y el enebro y la rica fragancia del mirto y la jara.

A medida que uno se adentra en el interior, olivos, madroños y alcornoques dan paso a un mundo de estructuras de piedra y torres circulares prehistóricas —los nuraghi antes mencionados— que hablan de un tiempo lejano cargado de misterio y con ecos y leyendas que aún resuenan profundamente en el folclore sardo.

La artesanía de Cerdeña es uno de los tesoros más preciados de la región.Desde cestas intrincadamente tejidas hasta madera tallada, la fabricación de cuchillos hasta la cerámica refleja la identidad y la historia de la isla.

Una de las artesanías más emblemáticas de Cerdeña es el tejido, que incluye desde alfombras hasta mantas y tapices. La lana y el algodón todavía se procesan utilizando técnicas ancestrales como el tejido en telar, lo que da como resultado textiles hechos a mano que son verdaderamente únicos.

Un sitio arqueológico que luce en Dolce & Gabbana

Nora, situada en el promontorio de Capo Pula, es uno de los sitios arqueológicos más importantes de Cerdeña, con parte de la antigua ciudad sumergida bajo el mar a lo largo de 70 metros de costa. La torre española de Coltellazzo, frente al islote del mismo nombre, domina la zona con un llamativo efecto escénico.

Nora fue uno de los primeros asentamientos fenicios de la región, que se remonta al siglo VIII a.C. Sirvió como un centro vital para el comercio y contaba con un puerto estratégicamente posicionado que facilitaba la navegación independientemente de la dirección del viento.

Las excavaciones llevadas a cabo a finales del siglo XIX condujeron al descubrimiento de la famosa Piedra de Nora, que lleva una inscripción fenicia que menciona el nombre de Cerdeña por primera vez.

En el año 227 a.C., con el establecimiento de la provincia de «Cerdeña y Córcega», la ciudad cayó bajo la influencia romana. En la segunda mitad del siglo I d.C., se convirtió en un municipio y fue dotado de las estructuras típicas de las capitales imperiales: el foro, el teatro y las termas. El declive gradual del sitio comenzó alrededor del siglo V d.C., probablemente debido a la invasión vándala, que obligó a la población a buscar refugio en las áreas más seguras del interior, lo que llevó a su completo abandono en el período medieval.

Nora Mirage se revela como un sueño lúcido, aparentemente real e irreal al mismo tiempo. Los once monolitos inclinados presentan de forma abstracta la belleza del entorno sardo a través de su superficie reflectante: elevando el mar Mediterráneo, derribando el cielo sardo, inclinando el horizonte y haciendo un collage de las ruinas y la historia de Nora. La instalación recoge y dobla la luz cambiante del día, pareciendo a veces estar construida completamente de cielo azul, nubes, agua y tierra.

En contraste con las capas horizontales de imperios de Nora construidas sobre imperios, Nora Mirage se eleva verticalmente, alcanzando el cielo, nítida y exacta, pero orgánica y siempre cambiante. Sin un contexto aparente capaz de definir la escala de la obra de arte, sólo la forma humana proporciona claridad de su inmensidad.

A medida que las personas interactúan con Nora Mirage, sus reflejos brillan a través de la superficie facetada de la escultura, entrelazando el movimiento humano con bandas verticales de la naturaleza.

Síguenos en Instagram: @_noirmagazine y en TikTok: @_noirmagazine