Gabriela Hearst SS26: moda, tarot y lujo sostenible en Paris Fashion Week

GABRIELA HEARST SS26: TAROT, ARTESANÍA Y RITUAL VERDE


Gabriela Hearst presentó hoy en París una colección que flota entre lo esotérico y lo terrenal: SS26 inspira en las cartas mayores del tarot, dibujando cada look como un arquetipo vivo, un espejo para quien lo lleva. Es una moda que interpela, que invita a detenerse y mirar sus detalles como se lee un presagio.


Arquetipos tejidos: de la Emperatriz al Universo

El desfile se estructuró como un viaje: de la carta de Fool al Universe, cada pieza llevaba peso simbólico. Opening, Laura Dern caminó bajo ese ritual con un vestido blanco cubierto de miles de flores de cuero hechas a mano, representación de la Emperatriz: fertilidad, poder femenino que no grita pero se siente.

Se vieron también otras cartas traducidas en formas: el Mago con estructuras que manipulan materiales inesperados, la Justicia con cortes simétricos y detalles metálicos dorados, la Estrella bordada, luz suspendida.

Sustentabilidad como credo visible

El lujo de Hearst SS26 no se viste solo con ornamento, sino con responsabilidad. Gran parte de la colección fue realizada con materiales sobrantes de temporadas pasadas —deadstock— y tejidos reciclados, casi un 97 % según comunicado oficial.

Además, artesanas colaboraron en bordados, aplicados de cuero, detalles cortados a láser, flecos artesanales, crochet hecho a mano: cada prenda carga humanismo, cuidado, paciencia.

Paleta, textura, presencia

La gama de colores viaja entre los neutros cálidos —cremas, marfiles, ante, denim— y los destellos dorados, metálicos que emergen como luz entre sombras.

Materiales ricos: napa, ante, lino reciclado, punto trabajado, cuero; texturas que juegan entre lo crudo y lo suave, lo rígido y lo fluido, lo visible y lo sugerido.

Voces silenciosas, poder expresado

Laura Dern abrió con presencia majestuosa: modelo-actriz que se vuelve figura oracular, símbolo de la colección.

Hearst no alardea; deja que sus piezas hablen. Que el lujo sostenible no sea etiqueta, sino acto. Que lo ceremonial no sea retórica, sino gesto concreto.