La mitad de una vida de Cecilia Suarez

La actriz cumple 24 años de carrera actoral mientras se encuentra en España por su último proyecto Alguien tiene que morir.

Por Ikerne Mestre

24 años de carrera, –la mitad de una vida– para Cecilia, no se dicen nada fácil, aunque ella dice no llevar la cuenta realmente; “supongo que de alguna forma, en muchísimos sentidos, sigue siendo igual el primer día que veinte años después. Tan es así, que no llevo la cuenta de cuánto tiempo llevo trabajando”.

Originaria de Tampico, Cecilia Suarez inició su carrera tras estudiar en la Facultad de Teatro de la Universidad Estatal de Illinois. Debutó en el cine con Sexo, pudor y lágrimas y desde entonces ha sido galardonada como una de las actrices más talentosas del país, con varias nominaciones y premios a lo largo de los años. Le pregunto cuáles han sido los mayores retos durante todos estos años: “Yo creo que lo complejo de dedicarte a ser actor o actriz es mantenerte ahí, mantenerte perseverante. Entender que es una cosa emocionalmente muy demandante y también en cuestión de tiempo”.

Como muchos de sus colegas, Cecilia piensa que por otro lado lo más gratificante es “el lograr conectar con las personas que ven tu trabajo, el saber que algo de lo que estás haciendo provocó algo en alguien. Y bueno, si me preguntas porque sigo siendo actriz te diría que porque me divierto, porque me gusta, y porque me he mantenido firme en un lo que para mi es importante”.

Actualmente, Cecilia se encuentra en el país vasco, “yendo y viniendo entre México y España”, gracias a las grabaciones de Alguien tiene que Morir, una nueva serie de Netflix del director Manolo Caro.

“La serie es una cosa completamente diferente a todo lo que Manolo ha venido haciendo, este es un drama oscuro, no hay comedia. La historia sucede en un momento para España muy particular que es el régimen franquista​ visto desde la perspectiva de una familia. Me da mucho gusto trabajar en España porque al final esta es una producción creada y coordinada por mexicanos. Me encanta poder hacer equipo con gente tan talentosa de acá, eso ha sido muy interesante. Da mucho orgullo poder hacer alianzas con otro país, con otros talentos”.

La miniserie gira entorno a los dilemas morales, la tradición y las exigencias de la convencionalidad social, que aún hoy en día no han cambiado lo suficiente. El director Manolo Caro se ha distinguido por tratar estos temas sociales –de las apariencias, la doble moral, la diferencia de clases– y en esta ocasión hace lo mismo, pero pasando de la comedia en La Casa de las flores al suspenso y drama en Alguien tiene que morir.

El tiempo también cambia, ahora nos remonta a los años cincuenta, pero como dice Cecilia “te das cuenta que muchas cosas no han cambiado” Así, la musa eterna y amiga infalible del director, continúa sorprendiéndonos con sus distintas facetas como actriz.

“Todo lo que uno hace alimenta o mantiene su trabajo. Es una manera inconsciente de seguir aprendiendo y de seguir cuestionando lo que hacemos. Evidentemente vas cambiando y no actúas de la misma forma ni con las mismas herramientas cuando tienes 19 años a cuando tienes 40. Entender que esto va cambiando es parte de seguir entrenando”.

A Cecilia Suarez todavía le queda más de la mitad de una vida por delante en la que sus papeles y su forma de actuar seguramente seguirán cambiando y evolucionando. “Tengo ganas de hacer muchísimas cosas más, no nada más como actriz, también a nivel personal. Constantemente esas dos cosas se retroalimentan. El actuar a mi me despierta curiosidad en otras cosas y el tener una vida rica a nivel personal también alimenta lo que yo hago como actriz”.

Embajadora de México

Este año Tequila Herradura cumple 150 años de compartir historias, y justamente la casa tequilera eligió a Cecilia para ser su embajadora de marca en esta celebración.

“Para mí es un orgullo inmenso por varias razones; una porque el tequila es un símbolo de México tal cual. La otra es porque específicamente Tequila Herradura tiene un control de calidad que muy pocos logran. Es realmente una marca que cuida su historia y sus procesos, manteniéndolos intactos a lo largo de estos 150 años lo cual es algo de aplaudir. Eso me ha impresionado y conmovido muchísimo y me ha entusiasmado para poder contar su historia”. La actriz dice que la mejor manera de tomarlo es “derecho, como debe ser” y asegura que el destilado “es uno de los regalos más grandes que nuestra cultura nos ha regalado, a nosotros y al mundo”.