Valentina Xunaxi: arte drag y feminidad en acción

VALENTINA XUNAXI: LA FANTASÍA SE VOLVIÓ REALIDAD


En el universo de Valentina Xunaxi no hay fronteras entre la fantasía y la realidad: el arte es cuerpo, emoción y presencia. Entre el escenario y la vida cotidiana, ha hecho del arte un acto de transformación. Con disciplina, sensibilidad y una profunda conexión con su feminidad, la artista mexicana redefine lo que significa habitar un cuerpo, una identidad y una belleza propia.


Créditos:
Director editorial: @gerardangulo
Fotografía: @salvamuste
Stylist: @albertomurtra
Agente: @anaprado_
Asistente de estilismo: @paulatabanera
Maquillaje: @allaboutvalentina
Hair: @sean_derbes
Set design: @luchocampos_
Post producción: @oniricfx
Entrevista: @luistellez

Hay artistas que interpretan personajes y hay otros que los encarnan. En el caso de Valentina Xunaxi —conocida mundialmente por su trabajo en el arte drag y por la profundidad estética de su universo visual— no hay una línea divisoria entre ambos mundos: ella es la fantasía. “Detrás de haber construido un personaje como Valentina, que empezó como una fantasía, y convertirme en ella, eso es arte”, dice. 

Su voz, cálida y pausada, transmite la certeza de quien ha hecho de la belleza una forma de vida. Para Valentina, el arte no se limita al escenario: “Es una expresión humana que refleja las emociones y la psicología con profundidad. Puede ser todo y nada a la vez”, afirma. Habla de los sentidos —el olor, el sabor, la textura— con la naturalidad de quien percibe el mundo desde la estética. “Me he dedicado toda mi vida a ser artista. En cómo me visto, en cómo hablo, en cómo vuelo, en cómo expreso mi orgullo de ser mexicana y latina. Todo eso es arte”.

Valentina Xunaxi para Noir Magazine.
Valentina Xunaxi para Noir Magazine.

Hoy, mira hacia atrás con perspectiva: “Antes construía una fantasía de lo que quería ser. Ahora, cuando piso el escenario, soy plenamente quien soy. Mi público me acepta por eso. Ya no me escondo detrás de un personaje, me he convertido en ella.”

Esa transición —de la fantasía a la autenticidad— ha sido, para Valentina, un proceso artístico y espiritual. “Recientemente he estado mucho tiempo con mi mamá y he estado mirando hacia el futuro, entendiendo cuánto de ella hay en mí. Cómo puedo ser más fuerte, más valiente, más concreta con mi arte.” Lo dice con una madurez que trasciende la imagen pública y revela un momento de introspección profunda.

Su disciplina es casi legendaria. Desde los once años se levantaba a las cuatro y media de la mañana para asistir a clases de canto, danza y actuación. “Tuve maestros que trabajaban en la industria de Hollywood. Vengo de la vieja escuela, de una formación rigurosa. Esa disciplina es uno de los grandes regalos que me ha dado el arte.” Hoy, esa base técnica convive con un instinto más emocional y libre. “Sigo enamorada de mi carrera porque aún me pongo nerviosa antes de salir al escenario. Eso significa que me importa. El día que deje de sentir nervios, no sé si seguiría valorando lo que significa ser artista.”

Valentina Xunaxi para Noir Magazine.
Valentina Xunaxi para Noir Magazine.

Valentina concibe el cuerpo como su herramienta más poderosa: una extensión de su alma. “Luz y presencia”, dice sin dudar cuando se le pregunta qué comunica su cuerpo. “Es una luz que Dios me dio y que comparto con el público. Cuando estoy en el escenario, soy todo y nada a la vez. Confío en mi entrenamiento, pero también dejo que la magia fluya.”

Esa magia —que a veces se manifiesta en una pasarela de moda, otras en una cámara de cine o un show de televisión— está sostenida por un profundo conocimiento del movimiento. “Tuve entrenamiento en ballet, en cómo alargar las líneas del cuerpo, cómo posar como las modelos de los años sesenta. Mi cuerpo expresa lo que las palabras no pueden.” Hablar con Valentina es recorrer la historia viva del drag y de la feminidad como arte. En su discurso, las vedettes mexicanas se cruzan con las mujeres trans del cabaret parisino de los sesenta, y las grandes divas del pop latino —de María Félix a Selena o Thalía— encuentran un espejo en su figura. 

Durante años, su carrera se desarrolló en el terreno del drag, un espacio que ella misma ayudó a transformar. “Cuando participé en Drag Race, sentí que estaba viviendo la época de oro del drag. La plataforma llevó un arte que antes era underground a una carrera completa, no solamente para las reinas pero para los que hacen pelucas,  los que hacen vestuarios,  los que hacen uñas, a los que producen shows, para las marcas de moda… hasta en México: ya hay Drag Race México, hay La Más Draga, hay Mentidrags, que son exitosos pero requiere mucho arte, mucho pensamiento, mucho trabajo. Hemos podido tener una plataforma, una voz para poder expresar tanto arte e inspirar a muchas personas y ser considerados líderes y también unas artistas modernas multifacéticas”. 

Valentina Xunaxi para Noir Magazine.
Valentina Xunaxi para Noir Magazine.

Para ella, el lujo no tiene que ver con lo material, sino con lo esencial. “El lujo más grande de la vida es poder despertar cada día y vivir en el reino femenino. Peinar mi cabello largo, tener mis uñas, usar mis interiores femeninos, caminar en tacones. La belleza viene de la feminidad, y la mujer —mi madre— es mi gran fuente de inspiración.” Hoy, Valentina vive una etapa de serenidad. “Estoy enfocada en la salud mental, en sanar y dejar ir el pasado. Invito a mis fans y a mi público a sanar conmigo. La vida es hermosa cuando entiendes tu propósito y te enfocas en estar bien. Cuando te amas más, puedes amar más al mundo.”

Su mensaje final es simple y poderoso: “Si son artistas, entréguense totalmente al arte. Les dará razones para vivir, crecer, crear. Cuídense, sobre todo su salud mental.”