Gucci x Balenciaga: La historia del Hacker Project

DEMNA Y GUCCI: CUANDO EL «HACKER PROJECT» ERA SOLO EL PRIMER PASO


Dos gigantes de la alta costura, un proyecto que desafió la autoría en la moda. El «Hacker Project» de Gucci x Balenciaga no fue solo una colaboración, fue un glitch en el sistema. Ahora, con Demna liderando Gucci, todo cobra un nuevo sentido.


¿Qué pasa cuando dos de las casas más influyentes del lujo deciden jugar con las líneas de autoría, inspiración y apropiación? El «Hacker Project» de Gucci y Balenciaga fue más que una colaboración; fue una declaración de que la moda ya no sigue reglas.

En 2021, Alessandro Michele y Demna fusionaron los códigos estéticos que difuminó los límites entre dos gigantes de la moda. Logomanía llevada al extremo, siluetas intercambiadas, piezas que parecían Gucci pero eran Balenciaga (o al revés). Fue un hackeo conceptual que tomó por asalto las pasarelas y se convirtió en uno de los momentos más disruptivos del fashion system reciente.

Hoy, con Demna al frente de Gucci, esta historia cobra un nuevo significado. ¿Fue el «Hacker Project» un simple experimento o el primer indicio de que el diseñador estaba destinado a Gucci?

EL «HACKER PROJECT»: LA MODA COMO IRONÍA

El 2021 fue un año de reseteo para la moda post-pandemia. Las grandes casas de lujo necesitaban un golpe, y Gucci, en su centenario, decidió ir más allá de la nostalgia y los archivos. El «Hacker Project» no fue una colaboración tradicional. No hubo logos compartidos ni créditos equitativos. En su lugar, vimos bolsas Jackie 1961 con tipografías de Balenciaga, trench coats con monogramas y sastrería que canalizaba el tailoring exagerado de Demna.

Más que un crossover, fue un glitch en la Matrix del lujo. Gucci reinterpretó Balenciaga, Balenciaga se infiltró en Gucci. Un acto de apropiación controlada, donde la ironía, el exceso y el maximalismo chocaron de frente. Se sintió subversivo, fresco y, sobre todo, relevante.

DEMNA: TOMÓ EL CONTROL

Si Alessandro Michele construyó un Gucci barroco, y excéntrico Demna ha sido el arquitecto de un Balenciaga brutalista, distópico y radicalmente moderno. Su sello es inconfundible:

  • Siluetas oversized y estructuras arquitectónicas que desafían las proporciones clásicas.
  • Humor y cinismo en cada colección, desde las invitaciones de pasarela en forma de billetes falsos hasta el desfile cubierto de lodo.
  • Una obsesión con la moda como performance, donde los desfiles se convierten en experiencias inmersivas, ya sea en tormentas apocalípticas o pasarelas de pantallas LED.

Ahora, con Gucci bajo su mando, la gran pregunta es: ¿cómo se verá la casa bajo su visión? La opulencia maximalista de Michele cede su lugar a una estética más cruda, más industrial, más Demna.

GUCCI X BALENCIAGA: EL PRELUDIO DE ALGO MÁS GRANDE

Lo que en su momento parecía un statement sobre la apropiación en la moda, hoy se lee como una probada de lo inevitable. El «Hacker Project» fue más que una colaboración, fue un ensayo del futuro.

Con Demna al mando de Gucci, el juego cambia por completo. La industria observa con atención porque, si algo nos enseñó este diseñador, es que en su mundo las reglas existen solo para ser hackeadas.