Mon Laferte femme fatale: el nuevo álbum de la cantante chilena

MON LAFERTE: FEMME FATALE DANS LE NOIR


«Lo vuelvo a hacer, lo quemo todo. Soy experta en el arte de sabotear. Tantos años intentando descifrar», canta Mon Laferte en una de las estrofas de Femme fatale, el tema que encabeza su más reciente álbum del mismo nombre. 


Créditos:
Director editorial y realizador: @gerardangulo
Fotografía: @frances.rou
Maquillaje: @aleidaregg
Peinado: @leanmorenook
Asistentes de moda: @michortizand@vanecl.__ y @ser.mua
Asistente de fotografía: @santosfonsep
Producción: @_yulietd
Entrevista: @annabrennda

De negro en primavera, a veces vestida de alegría, a veces de tristeza en rojo satín, Mon Laferte recita un poema en letal revolución a través de su movimiento, estética y narrativa. Ella reinventa el concepto de femme fatale, término que titula su más reciente lanzamiento discográfico… Welcome: el show debe continuar. 

Tercera llamada, se abre el telón y aparece Norma Monserrat Bustamante Laferte, conocida como Mon Laferte, una mujer que se descubre día a día y que, en esa búsqueda, crea su propio universo entre versos, estrofas y melodías que la hacen sentir viva y la inspiran. 

Eso lo relata en la primera canción, homónima al nombre de su álbum: «En donde canto “Tantos años intentando descifrar quién soy, tal vez soy solo esa femme fatale”, es el título que me han puesto por una cosa estética o por lo externo superficial». 

Blazer: DXA Diex y Aretes: Tane.
Total look: Alejandro Carlín y Joyería: Tane.

«Creo que esa búsqueda del “yo” tiene que ver con mi quehacer artístico. A través de la música, los poemas, las letras, la pintura, me he ido encontrando un poco más. Somos tan grandes, tan infinitos, que no sé si alguien termine por conocerse realmente en vida, por lo menos yo», agrega. 

Dentro de ella viven muchas versiones de Montserrat, algo de lo que pudimos ser testigos este año con su paso por Cabaret, dando vida a Sally Bowles, un nuevo reto en su carrera. «Nunca había hecho teatro y menos musical. Es un reto súper grande, no solo actoralmente —que eso ya es un gran desafío—, sino también tener que juntar todas las disciplinas: la danza, la música,  la actuación e interpretar todo al mismo tiempo. Es muy difícil», pero no imposible.

Aquel aprendizaje le dejó una gran satisfacción que marcó su carrera: «Aprendí y crecí un montón en mi paso por el teatro, siento que fue como un curso intensivo, como una masterclass escénica. Me enamoré del teatro y de mis compañeros; todos me hicieron sentir parte de la casa, todos los directores de cada área me guiaron de tal manera que sentí que podía hacerlo», afirma. 

Abrigo: Alondra Arriñaga.

La artista chilena se autodescribe como una persona muy rígida, estricta y autoexigente; sin embargo, en esta ocasión todo fue diferente: «Siempre algo de mí se queda con la idea de que podría haberlo hecho mejor, pero todos me hicieron sentir que fui Sally y que lo logré». Una experiencia teatral que se convirtió en uno de sus mayores logros de 2025. 

La experiencia anterior, de alguna manera, influyó para convertirse en su propia versión de femme fatale, con el glamour de la década de 1920: labial rojo, estolas, plumas y vestidos ajustados que permiten ver esos tatuajes que la construyen y cuentan su historia. Así comenzó a crear el concepto de su reciente álbum justo cuando terminó de grabar Autopoiética: «Siempre funciona así, termino un álbum y ya estoy pensando en lo que sigue». 

El proceso emergió de su mente, como todo el proyecto en general, desde La Chica de los Tacones Rojos: «Lo primero que vino a mí fue esa imagen de mujer seductora, malvada, maligna; pero también una mujer que lleva consigo una carga muy pesada de melancolía y de dolor. Y es que una femme fatale tiene muchas capas, y también es una mujer muy libre, muy independiente; eso la hace peligrosa y malvada de alguna manera». 

Mangas: Miranda Venegas, Top y Culotte: Intimissimi, Medias: Calzedonia y Joyería: Tane.
Mangas: Miranda Venegas y Joyería: Tane.

Después de nueve discos y crear música que nos ha llevado a diferentes lugares —desde el desamor hasta la esperanza—, este nuevo lanzamiento muestra su constante evolución: «Me aburro haciendo lo mismo. He pasado por lo más alternativo y hasta hice ópera en mi álbum anterior, así como cumbia, mambo y trap. En todo este universo de estilos musicales pienso que el lugar donde me siento más cómoda de alguna manera es aceptar la oscuridad, ir como a la fibra de los sentimientos aunque me duela y aunque me cueste». 

Desde la melancolía y esa misma oscuridad que tanto disfruta, comparte: «Empecé a escribir desde la fragilidad, desde aceptar que sí es cierto que me siento cómoda estando en un lugar más oscuro, tal vez. […] Me ha pasado mucho con este álbum. La gente me ha dicho “Gracias, pero me la estoy pasando mal”», y ese es uno de los objetivos. Mon Laferte no hace música para encajar, sino para cuestionar, reflexionar y experimentar. 

Vestido: Alejandro Carlín y Collar: Tane.

«No quiero que se la pasen mal escuchando el disco, pero de alguna manera siento que mi música —sobre todo Femme fatale— viene a recordarnos un poco quiénes somos, tal vez la peor versión de nosotros, y nos hace reflexionar», añade. Y es que Laferte sabe perfectamente cuál es su objetivo: «Cuando me preguntan con qué quiero que se quede la gente, tal vez les diría: que se queden con muchas preguntas».

Mon Laferte es aquella artista que pinta los días de nostalgia, pero también de ilusión, amor, romanticismo y miles de emociones que erizan la piel y te hacen explotar de una manera fugaz, sutil y fascinante. Nos invita a su universo y nos abre la puerta a su vulnerabilidad, pero también a sus sueños más dulces y peligrosos.