10 esenciales de la Nueva Ola Francesa | Noir Magazine

10 esenciales de la Nueva Ola Francesa

Por Daniela España

En marzo de 1948, el director y crítico de cine Alexandre Astruc, publicó en la revista L’Écran un ensayo titulado The Birth of a New Avant-Garde: The Camera-Stylo.

El manifiesto plantea un punto de inflexión en el cine, el cuál entraría en proceso de convertirse en un nuevo medio de expresión al mismo nivel de la pintura y la novela, “una forma en la que un artista puede expresar sus pensamientos o traducir sus obsesiones, por abstractos que sean”. Estas ideas serían ampliadas más tarde por un grupo de críticos de la revista Cahiers du Cinéma, entre los que destacarían François Truffaut, Jean-Luc Godard, Éric Rohmer, Claude Chabrol y Jacques Rivette, quienes a través de la crítica y la editorialización, sentaron las bases de una serie de conceptos que terminaron por gestar un movimiento cinematográfico a finales de los años 50 y 60.

Influenciada por el Jean Renoir de 1930, el neorrealismo italiano de 1940 y los directores de Hollywood de 1950, la Nueva Ola Francesa cambió drásticamente el cine dentro y fuera de Francia al fomentar nuevos estilos, temas y formas de producción cinematográfica. Sus miembros estaban vinculados por su rechazo consciente del cine clásico y su espíritu de iconoclasia juvenil, usando en su lugar técnicas más experimentales y vanguardistas, entre las que destacan la edición fragmentada, la discontinuidad y el uso de tomas largas y contemplativas. La combinación de realismo objetivo, realismo subjetivo y comentario de autor, creó una ambigüedad narrativa en el que las preguntas que surgen en la película no se responden al final.

Es difícil resumir y dimensionar el impacto que la Nueva Ola tuvo en el cine mundial. El efecto dominó todavía se siente y, por suerte, todas esas películas están disponibles para verlas y disfrutarlas. Aquí tienes algunas de las más representativas.

El renacimiento cinematográfico de Francia en la década de 1950 y 1960 provino de un grupo de jóvenes directores que encontraron formas novedosas de financiar y filmar sus películas, desafiando directamente normas comerciales y narrativas. A pesar de sus diferencias, estas películas tienen una serie de conexiones y principios compartidos. 

SIN ALIENTO (1960)

“Hay muy pocos títulos en la historia del cine que realmente pueden llamarse revolucionarios. ‘Sin Aliento’ de Jean-Luc Godard es uno de ellos: nos dio una nueva forma de hacer películas y una nueva forma de pensar en ellas, un nuevo ritmo de vida, una nueva forma de mirarnos a nosotros mismos.”—Martin Scorsese. Y ya. Es lo único que tienen que saber. 

LOS 400 GOLPES (1959)

Todas las cualidades de la Nueva Ola Francesa están aquí, a pesar de pertenecer a su etapa temprana. En una mezcla de técnicas documentales y ficción, François Truffaut presenta la vida de Antoine Doinel quien, ante la incomprensión y maltrato de sus padres negligentes y maestros represivos, busca refugio en el absentismo escolar, la delincuencia y el cine. Jean-Pierre Léaud interpretó al protagonista de 12 años en esta y las cinco películas sucesivas de Doinel, un papel que definiría toda su carrera.Truffaut ganó el premio a Mejor Director en el Festival de Cannes. 

JULES Y JIM (1962)

El triángulo amoroso de unos jóvenes parisinos que se ven arrastrados por la edad adulta y otras complicaciones. Está basada en una novela de Henri-Pierre Roché, y a pesar de su apariencia ligera, toca temas de profunda tristeza. Es una de las pocas películas de época del movimiento, ambientada justo antes de la Primera Guerra Mundial, pero que gracias a la dirección irónica de Truffaut, hace que todo se sienta moderno y refrescante. Una anomalía entre la Nueva Ola pero una de sus películas por excelencia. 

BANDA APARTE (1964)

Arthur, Franz y Odile son una trío de personajes en desacuerdo con la sociedad moderna, y para tomar el control de su realidad, juegan a fingir: planean un robo a mano armada utilizando detalles extraídos de sus películas y novelas favoritas, pero a diferencia de la ficción, el arma y las consecuencias son reales. Una película de gángsters que evita la sensación de fatalidad que impregnaba las grandes películas de gánsteres estadounidenses. 

MASCULIN FÉMININ (1966)

Jean-Pierre Leaud es Paul, un idealista, rebelde e indulgente muchacho que tiene una relación en desarrollo con Chantal Goya en el papel de Madeleine, una modelo ingenua, egocéntrica y aspirante a cantante pop, poco interesada en los asuntos del mundo. Es una celebración agridulce de la juventud, el sexo y el amor entre viejas matinés de cine y protestas en el París de 1965. Está basada libremente en el cuento La Femme de Paul and Le Signe de Guy de Maupassant. 

LAS SEÑORITAS DE ROCHEFORT (1967)

Jacques Demy estuvo casado con Agnès Varda desde 1962 hasta su muerte en 1990 y, como Varda, pretendía replantear las luchas de la clase obrera en el cine francés. En Las Señoritas de Rochefort, Demy usa una partitura de jazz, algunas coreografías y un technicolor brillante para comunicar los sueños y deseos de sus personajes. Las gemelas Delphine y Solange (interpretadas por las hermanas Catherine Deneuve y Françoise Dorléac), añoran el amor y la vida de la ciudad. Cuando llega una feria a su tranquila ciudad portuaria, también surge la posibilidad de escapar. Un lindo musical sobre conexiones perdidas y segundas oportunidades. 

LA POINTE COURTE (1955)

La primera película de Agnès Varda ayudó al florecimiento del movimiento realista en el cine francés, que dio origen a la Nueva Ola unos años después. Esta pieza experimental entrelaza realidad y ficción dentro de una comunidad pesquera en la región occitana del sur de Francia. La Pointe Courte es una visión de muchos intereses que se desarrollaron y evolucionaron a lo largo del catálogo de películas de Varda; en sus propias palabras, la película explora dos temas: “el primero es una pareja que reconsidera su relación. Por otro lado, tenemos un pueblo que intenta resolver varios problemas colectivos de supervivencia”. 

HIROSHIMA, MON AMOUR (1959)

Aunque el director Alain Resnais nunca fue un miembro acreditado de la Nueva Ola Francesa, sus películas influyeron en quienes sí fueron parte, en particular a Godard, Truffaut y Rohmer. La historia, escrita por Marguerite Duras, transcurre durante un período de 36 horas en Hiroshima, y sigue la relación entre una actriz francesa (Emmanuelle Riva) y un arquitecto japonés (Eiji Okada). La película trata sobre la memoria, la separación, la pérdida y el enigma del paso del tiempo, además de tener una perspectiva política muy definida: fue filmada parcialmente en Japón solo 14 años después de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. 

MI NOCHE CON MAUD (1969)

Es la primera de seis películas de la serie Moral Tales del director Éric Rohmer. Jean-Louis Trintignant interpreta a un hombre cuyos principios se ven desafiados cuando se siente atraído por una mujer divorciada llamada Maud (la magnífica Françoise Fabian) en el transcurso de una noche en la que aparentemente sucede todo y nada a la vez. La película es un estudio del ascetismo y el deseo, y cómo nuestra necesidad básica de conexión humana (sexual, romántica o de cualquier tipo) está en desacuerdo con nuestro deseo egoísta de soledad.

EL FUEGO FATUO (1963)

Está basada libremente en el libro Le feu follet de Pierre Drieu La Rochelle. Trata sobre un escritor alcohólico y desilusionado que ha cumplido 30 años y busca una razón para seguir viviendo. La actuación de Maurice Ronet en el papel principal fue muy elogiada y ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Venecia de 1963. La alienación social y el aislamiento fueron los temas principales de El Fuego Fatuo, que fue aclamado por la crítica como el trabajo más maduro y sofisticado de Malle.

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