Gucci celebra 100 años de historia

La firma presenta una nueva sede de sus archivos en Italia

Gucci celebra 100 años y lo hace a través de la apertura de su nueva sede de archivos en Italia, que resguardará los secretos de la firma y el trabajo realizado por diseñadores como Alessandro Michele.

«Mi tarea era traer muchos objetos de regreso a casa, prácticamente ayudarlos a volver a la familia. A un lugar que aparentemente conserva el pasado pero que en realidad es un puente hacia lo contemporáneo. Un edificio antiguo es un ser vivo, como la moda», Alessandro Michele.

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LA NUEVA SEDE DE ARCHIVOS GUCCI

La inauguración de la nueva sede del archivo de Gucci en Via delle Caldaie en Florencia marca otro hito importante en las celebraciones del centenario de la marca. 

El archivo se encuentra en el Palazzo Settimanni, que data del siglo XV y está ubicado en el barrio de Santo Spirito, en la zona conocida como «Oltrarno», en el lado izquierdo del río.

Aquí es donde los artesanos y artistas tenían sus talleres, y en el siglo XVI, tras el traslado de la familia Medici al Palazzo Pitti, se habían establecido junto a las residencias de familias aristocráticas que eligieron construir allí sus suntuosas casas. 

Esta transformación de un distrito de clase trabajadora a un área urbana sofisticada puede justificar una comparación con los códigos de estilo de Gucci, en los que la destreza está íntimamente relacionada con la investigación, la armonía y el refinamiento. 

 

 

 

 

 

 

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LO QUE SE PUEDE VER

Hoy, gracias a la remodelación encargada y diseñada por el director creativo, Alessandro Michele, el edificio no sólo ha sido restaurado a su carácter original, sino que también se le ha permitido contar su propia historia y revelar sus múltiples identidades, convirtiéndose en el símbolo de un diálogo entre el pasado y el presente: los requerimientos necesarios para el futuro.

«El Palazzo Settimanni, ahora libre de adiciones anteriores, se transforma en un lugar mágico al que le he devuelto una sensación de porosidad: lo atraviesas, entra el aire, puedes cruzarlo como si fuera un viaje», explica Alessandro Michele.

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«Le he devuelto al Palazzo un aura de cuento de hadas que, por ejemplo, permite que el pequeño vestíbulo de entrada se convierta en una puerta de entrada a una dimensión de ensueño. Lo imaginé como una especie de lugar secreto dentro de la casa, un santuario interior desde donde se parte hacia el territorio sagrado de Gucci». 

GUCCI CELEBRA 100 AÑOS DE HISTORIA

En los cinco pisos, que incluyen la planta baja y el sótano, todas las estructuras acumuladas en los últimos tiempos han sido eliminadas para revelar vestigios de decoraciones del siglo XIX, trampantojos del siglo XVIII, frescos de finales del siglo XVII e incluso ornamentación más antigua; todos estos elementos se han dejado intactos deliberadamente o se han restaurado a su esplendor original sin ser movidos o alterados.

La única alteración significativa ha sido la eliminación del dosel en el vestíbulo de la entrada, agregado en la década de 1990, para dejar entrar más luz y restaurar el pórtico central a sus proporciones originales. 

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Todo ha sido planeado, ordenado y diseñado con la misma sensibilidad y atención que toda la reutilización del edificio como hogar para las colecciones históricas de la marca: desde el mobiliario hasta los detalles de los mangos que replican un par de tijeras, desde el wunderkammer vidriado [gabinetes de curiosidades] hasta las lámparas, la valiosa ebanistería y las grandes alacenas en vidrio y hierro. 

Para lograrlo, se mantuvieron fuertes vínculos con el territorio, confiando toda la restauración a especialistas locales, incluyendo las baldosas de terracota producidas una por una en hornos de leña.

¿QUÉ ALBERGARÁ EL ARCHIVO GUCCI?

Como un cofre del tesoro que contiene más cofres en su interior, el archivo está dividido en salas temáticas que llevan el nombre de las palabras en forma de mantra que forman parte del léxico de Alessandro Michele, palabras acuñadas para denotar ciertas etapas en su viaje creativo. El sótano se divide en tres salas, Radura (artículos de cerámica y para el hogar), Herbarium (papelería) y Maison de L’Amour (artículos de ocio). 

La planta baja alberga las colecciones de bolsos vintage (sala Hortus Deliciarum), pequeños artículos de cuero y cinturones vintage (sala Prato di Ganimede – el campo de Ganimedes), una sala de exposiciones (sala Swan), joyería vintage y contemporánea (sala Le Marché des Merveilles) y equipaje vintage (sala Rifondazione 1921). 

Las creaciones textiles – bufandas y vestidos – y el calzado se albergan en el primer piso, donde el espacio se divide en habitaciones con nombres evocadores y poderosos, como Orto di Giove (El jardín de Júpiter), El jardín del alquimista, Serapis y Aveugle par Amour, por nombrar solo algunos. Por último, en el segundo piso, encontramos la sala Façonnier des Rêves. 

Lo más llamativo es la pared que muestra aquellos estilos que han mantenido intactos sus códigos de diseño mientras evolucionan al paso de hechos históricos, como el bolso Bamboo o el Jackie, ambos presentados en diferentes versiones y materiales. En la sala de joyería adyacente, que alberga artículos vintage junto a colecciones contemporáneas, los espejos que cubren las paredes en su totalidad borran el concepto de dimensión, ampliando el espacio hasta el infinito. Los accesorios de estilo de vida resurgen, cuya función y diseño son perfectamente contemporáneos a pesar de haber sido creados para completar la estética de la marca hace unos sesenta o setenta años. 

EL DIÁLOGO ENTRE EL PASADO Y EL FUTURO

Es precisamente este diálogo constante entre el pasado y el presente lo que genera un foco de estudio y conocimiento, rigor y disciplina, uno que, desde la entrada, incluye elementos de cuento de hadas, entretenimiento agraciado, giros extraordinarios y soluciones sorprendentes, eliminando así cualquier noción del objeto expuesto como una exhibición histórica, sino identificándolo como un ‘puente’ entre diferentes realidades culturales e históricas, ubicado en un espacio que actúa como un amplificador, enraizado en la Florencia actual pero mostrando orgullosamente la evidencia de su pasado. 

Un centro de estudio y para fomentar el diálogo con lo contemporáneo, el Palazzo Settimanni guarda y protege, divierte y sorprende, pero no es una colección organizada de artefactos hermosos, sino un testimonio vivo y vibrante de una obra orgánica, creativa y en constante evolución. «El archivo es un palacio de recuerdos», dice Valerie Steele, directora y curadora del museo en el Fashion Institute of Technology, quien colaboró en el diseño y la curaduría de los espacios públicos. 

«Lejos de ser un ático polvoriento, es un sistema dinámico de producción e inspiración de conocimiento. Los archivos se basan en el impulso de recopilar y categorizar objetos del pasado, no por nostalgia, sino porque el estilo de los objetos cambia con el tiempo. Esta relación con el tiempo significa que una marca como Gucci, que tiene 100 años de historia, desarrolla archivos para mantener vivo un patrimonio cultural tangible, en el presente y en el futuro». 

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PALAZZO SETTIMANNI Y GUCCI EDUCATION

Palazzo Settimanni también alberga a Gucci Education, un espacio único que ofrece oportunidades de capacitación para los empleados de la marca. Una ubicación física que complementa un ecosistema digital innovador, que combina instalaciones de aprendizaje tradicionales y nuevos espacios virtuales donde los estudiantes pueden experimentar con rutas de aprendizaje personalizadas, basadas en necesidades, intereses y habilidades específicas. 

Además de una comunidad en línea, Gucci Education incluye programas académicos prácticos como Retail Academy, Supply Chain Academy, HR Academy y Digital Academy, pero también École de l’Amour, que se encuentra físicamente en ArtLab y en las instalaciones de producción de Gucci. 

Una gran cantidad de oportunidades de aprendizaje en constante evolución que se inspiran en el ADN de la marca y sus códigos, ahora se celebran en el archivo para impulsar la marca en los próximos 100 años. 

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