¿QUÉ FUE PRIMERO, NOSFERATU O DRÁCULA?

¿Fue Nosferatu el primer vampiro del cine o Drácula marcó el inicio del terror? Este es el legado de estas icónicas películas y su impacto en la cultura pop.

El debate entre Nosferatu y Drácula no solo es un choque entre dos grandes figuras del terror, sino también una fascinante historia de cine, literatura y controversia. Ambas producciones marcaron épocas, pero ¿cuál llegó primero al público y dejó su huella en el género?

El Conde Orlok en Nosferatu (1922), un ícono del expresionismo alemán y el terror cinematográfico.

NOSFERATU: EL PRIMER VAMPIRO EN EL CINE

En 1922, el director alemán F.W. Murnau estrenó Nosferatu, un clásico del cine mudo. Aunque está inspirada en la novela Drácula de Bram Stoker, su creación estuvo rodeada de polémica. Para evitar problemas legales con los herederos de Stoker, los productores cambiaron los nombres: el Conde Drácula se convirtió en Conde Orlok, y la acción se trasladó de Transilvania a Alemania. Sin embargo, estas alteraciones no evitaron una demanda que casi hizo desaparecer la película para siempre.

A pesar de los desafíos, Nosferatu sobrevivió y se convirtió en un hito del expresionismo alemán. Su estilo visual, con sombras y un ambiente opresivo, sentó las bases para las futuras películas de terror. El Conde Orlok, con su figura y rasgos animales, sigue siendo una de las imágenes más inquietantes del cine.

DRÁCULA: EL INICIO LITERARIO Y SU IMPACTO EN HOLLYWOOD

Drácula, la novela de Bram Stoker publicada en 1897, precedió a Nosferatu y es la fuente de inspiración original para casi todas las historias de vampiros modernas. En el cine, su primera gran adaptación llegó en 1931 con la película dirigida por Tod Browning y protagonizada por Bela Lugosi. Esta película no solo oficializó al vampiro como un ícono del cine, sino que también redefinió su imagen: de una criatura grotesca como Orlok, a un aristócrata seductor y enigmático.

El Drácula de Lugosi, con su capa negra y mirada hipnótica, se convirtió en el arquetipo del vampiro en la cultura popular. Este enfoque más sensual y psicológico lo diferenció de la brutalidad animal de Nosferatu, marcando el inicio de una narrativa más rica y compleja para el personaje.

Bela Lugosi como Drácula (1931), el vampiro que definió la elegancia y el misterio del personaje.

¿CUÁL LLEGÓ PRIMERO?

Si hablamos del cine, Nosferatu fue el pionero en llevar a un vampiro a la pantalla grande, aunque su conexión con Drácula fue evidente desde el principio. Sin embargo, en términos de legado literario, la novela de Stoker fue la chispa que inspiró ambas obras y que aún hoy sigue influyendo en el género.

Ambas películas dejaron una marca en la historia del terror. Nosferatu representa el miedo y la experimentación visual, mientras que Drácula trajo sofisticación y profundidad emocional. En conjunto, estas obras no compiten, sino que se complementan como pilares del cine de vampiros.