Medalla Maratón CDMX 2025: diseño, historia y significado

IDENTIDAD Y RESISTENCIA: ASÍ ES LA MEDALLA DEL MARATÓN DE LA CIUDAD DE MÉXICO 2025


Un talismán de fuerza y memoria: la medalla del Maratón CDMX 2025.


Correr un maratón en la Ciudad de México no es solo un reto físico, es atravesar siglos de historia con cada zancada. En 2025, la medalla oficial del Maratón CDMX se convierte en mucho más que un premio: es un amuleto de resistencia, un fragmento de memoria ancestral y un símbolo de identidad que late al ritmo de la ciudad.

¿CÓMO ES LA MEDALLA DEL MARATÓN CDMX 2025?

La medalla del Maratón de la Ciudad de México 2025 es una pieza imponente en tono metálico oscuro con detalles grabados que evocan el arte prehispánico. Al centro, resalta la figura de Cihuacóatl, la “mujer serpiente”, deidad mexica vinculada con la creación y la protección. Sus líneas finas, pero potentes, transmiten la fuerza de lo sagrado y lo femenino como eje vital del recorrido de 42.195 kilómetros.

¿QUÉ SIGNIFICA EL DISEÑO DE LA MEDALLA DEL MARATÓN CDMX 2025?

El diseño no es solo un reconocimiento deportivo, sino un símbolo de resistencia y memoria. Cihuacóatl aparece como guardiana del trayecto, recordando a cada corredor que la meta es también un acto de lucha interior. La pieza conecta el presente con las raíces ancestrales de la capital, subrayando que correr por la ciudad es también recorrer su historia.

¿QUIÉN DISEÑÓ LA MEDALLA DEL MARATÓN DE MÉXICO 2025?

El diseño fue realizado bajo la dirección del comité organizador del Maratón CDMX, en colaboración con especialistas en arte y cultura mexica, buscando un trazo fiel a los códices y representaciones antiguas. El resultado es una medalla que no solo celebra el logro deportivo, sino que también funciona como objeto cultural y pieza de identidad colectiva.

¿QUÉ SIMBOLIZA LA MEDALLA DEL MARATÓN CDMX 2025?

La medalla simboliza fuerza, resiliencia y pertenencia. Cihuacóatl no solo acompaña a los corredores, sino que les recuerda que la ciudad está hecha de capas de historia, esfuerzo y comunidad. Al colgarse en el cuello de cada finisher, se convierte en un recordatorio tangible de que la victoria no es únicamente cruzar la meta, sino haber corrido con la memoria de un pueblo que nunca se detiene.

Al final, la meta no solo entrega una medalla: entrega una historia que se corre, se honra y se lleva en el corazón.