Van Cleef & Arpels: La danza como inspiración

Arte del movimiento por excelencia, la danza es desde hace mucho tiempo una fuente de inspiración para Van Cleef & Arpels.

En particular en la colección “Extraordinary Dials”. Alimentando su imaginación y renovando sin cesar su búsqueda de la excelencia, la Maison ofrece una interpretación de dos ballets icónicos del siglo XIX.

Los nuevos relojes Lady Arpels Casse-Noisette y Lady Arpels Belle au Bois Dormant invitan alegremente a los espectadores a un pas de deux a través de verdaderos cuadros en miniatura. Este año, tradición e innovación se unen a través de nuevas técnicas de esmaltado desarrolladas por la Maison.

Fiel a la visión única de Van Cleef & Arpels de la Poesía del Tiempo, cada pieza combina artesanía, pericia joyera y el saber hacer relojero para evocar sueños y maravillas.

El vínculo entre Van Cleef & Arpels y la danza se remonta al París de los años veinte. A Louis Arpels le encantaba visitar la Ópera Garnier, situada a pocos pasos de la boutique del Place Vendôme, y transmitió su pasión por el ballet a su sobrino Claude.

Los primeros broches de bailarina de la Maison se crearon a principios de la década de 1940, y pronto se convirtieron en piezas emblemáticas de Van Cleef & Arpels. Sus posturas aéreas y la belleza de su atuendo cautivaron inmediatamente a los coleccionistas. 

Con un rostro de oro o diamantes complementado por un precioso adorno en la cabeza, las bailarinas aparecen representadas con zapatos de punta y un tutú de diamantes o piedras de colores que parecen fluir, haciéndose eco de sus movimientos.

Desde entonces, el mundo de la danza ha seguido influyendo en las creaciones de Alta Joyería y Relojería de la Maison, dando lugar a multitud de bailarinas. Algunas rinden homenaje a piezas célebres, como los relojes Lady Arpels Ballerines Musicales, o a figuras legendarias como Anna Pavlova, la primera bailarina que inspiró el reloj Lady Arpels Ballerine Enchantée 2013.

Estrenada en 1892, Casse-Noisette, de Marius Petipa, se remonta al cuento de hadas alemán original de Hoffmann. El ballet de Petipa ve los sueños de su bailarina llevados por la chispeante y colorista partitura de Chaikovski. Mientras, en esta pieza, ella y su príncipe, con rostros de diamantes talla rosa, se adornan con trajes pintados en miniatura que acompañan sus movimientos.

Las dos figuras parecen cobrar vida en un paisaje invernal de tonos agrios. Este retablo es el resultado de la convergencia de la alta joyería y las técnicas artísticas de los talleres relojeros Van Cleef & Arpels de Ginebra.

Este reloj encierra un espectro de 70 colores, acabados y técnicas de esmaltado diferentes que se unen para dar lugar a la creación más rica de Van Cleef & Arpels hasta la fecha. Como una obra de arte en miniatura, la esfera despliega un complejo trabajo de volumen y profundidad al presentar una escena polifacética. Un ballet de piedras preciosas y ornamentales que combina diamantes, zafiros de colores, turmalinas azules, ónice, sugilita y lapislázuli recrea la poesía de un sueño despierto.

Las nuevas técnicas desarrolladas por la Maison en 2023 revelan un verdadero juego de perspectivas cuando las cuentas de esmalte moldeadas salpican alegremente la esfera. Los «caramelos» en relieve están incrustados en los discos de esmalte moldeado ensamblados mediante el proceso de esmalte sellado, del que Van Cleef & Arpels fue pionero. La historia continúa en el fondo de la caja de oro blanco, donde un paisaje invernal de copos de nieve y abetos grabado a mano complementa el espíritu de este cuento nevado.

Creado en 1980, el ballet La Belle au bois dormant pone en escena la coreografía de Marius Petipa con la partitura de Tchaikovsky, dando vida a una joya del canon clásico. La princesa Aurora cae bajo el hechizo del hada Carabosse, que la sumerge en un sueño de cien años. Aquí, con su rostro de diamantes talla rosa, la princesa en tutú se reencuentra con su príncipe azul en miniatura, liberándola del hechizo. En un arabesco, se inclina hacia él para intercambiar un beso. Con el castillo de oro rosa grabado a mano como telón de fondo, se despliegan cintas de oro blanco, diamantes y esmalte champlevé.

En un tierno tono rosa, estas cintas parecen ondular a la luz como si fueran de terciopelo. Los rayos de sol de esmalte Plique-à- jour irradian en la parte inferior de la esfera, realzando el efecto de perspectiva.

A medida que la naturaleza despierta poco a poco de su largo letargo, florece en flores lilas, combinando el esmalte vallonné mate con el brillo de los zafiros. Ramas lilas coronan la composición, gracias a la técnica del esmalte modelado en tres dimensiones, desarrollada y patentada por Van Cleef & Arpels.

La escena está adornada con seis piedras preciosas -rubí, zafiro violeta, diamante, zafiro amarillo, granate espesartita y esmeralda-, cada una de las cuales representa un hada benévola que vela por los amantes. El cuento continúa en el fondo de la caja de oro rosa, donde una decoración grabada a mano que representa el sueño de la bailarina en medio de una naturaleza exuberante ilustra la magnitud del savoir-faire que hay detrás del grabado.

Siempre fiel a una visión poética de la vida que ha mantenido desde su fundación, Van Cleef & Arpels infunde una dimensión distintiva al arte de la relojería: la de los sueños y las emociones. En la encrucijada de la inventiva y la fantasía, sus creaciones interpretan la medida del tiempo como una invitación a imaginar, vagar y deleitarse con la felicidad.

La Maison recurre a su historia y a sus emblemáticas fuentes de inspiración para plasmar la poesía de cada momento. Creaciones que evocan la herencia de Van Cleef & Arpels conviven con nuevas historias de amor y suerte.

Bailarinas y hadas marcan las horas, mientras el ritmo de la naturaleza se une a la cadencia del cosmos. Cada pieza, como las distintas colecciones de relojes, cuenta una historia oportuna de gracia y encanto.

El taller de esmaltes Van Cleef & Arpels

Elevando el paso del tiempo, los métiers d’art desempeñan su papel en la creación de un universo poético y encantador en la muñeca. En sus talleres relojeros de Ginebra, Van Cleef & Arpels mantiene vivos estos savoir-faire -saber hacer-, en particular a través de un taller de esmalte y una escuela de formación.

Además de los métodos ancestrales, la Maison destaca en el desarrollo de las técnicas de esmaltado, creando decoraciones impregnadas de relieve y vitalidad. Cada nuevo reto, que a veces requiere años de investigación y desarrollo, responde al proyecto del Estudio de Diseño de Van Cleef & Arpels.

Surge así un diálogo entre ciencia y arte, equilibrando las exigencias técnicas y estilísticas, al servicio de la historia que cuenta el reloj.

El esmalte, entre tradición e innovación

Verdadero arte del fuego, el esmalte nace cuando los esmaltes -compuestos de polvo de sílice y pigmentos- se encuentran con la llama del horno. Los motivos esmaltados cobran vida a través de una serie de pasos, dotando a cada pieza de colores intensos y vivos brillos.

Entre las complejas técnicas patentadas por Van Cleef & Arpels en 2023, el esmalte moldeado da vida a una escultura en miniatura con contornos finamente definidos. A alta temperatura, el material se vierte delicadamente sobre una placa y, a continuación, se esculpe en varias etapas mediante corte para lograr una forma tridimensional.

Tras una cocción a baja temperatura que elimina las restricciones -las tensiones que se forman en el material-, el esmalte se esmalta cuidadosamente a más de 500 grados Celsius (930 grados Fahrenheit). A continuación, su superficie se alisa y adquiere brillo, como si estuviera pulida. Todo el proceso consigue un sorprendente efecto visual de volumen y transparencia.

Otra técnica desarrollada por Van Cleef & Arpels, el esmalte sellado requiere gran pericia y maestría. Dos elementos de esmalte preformados se ensamblan borde con borde mediante un proceso de fusión extremadamente preciso.

Comenzando en un horno frío, la cocción sigue una curva de temperatura definida durante unas doce horas, con varias subidas y bajadas escalonadas. Este innovador proceso permite unir dos esmaltes sin utilizar cola ni metal. Los motivos de diferentes colores forman entonces un único conjunto en relieve, contrastado y finamente delimitado.

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