Ilustración mexicana, la innovación visual de un pueblo

Los mexicanos nos podemos pasar horas contemplando los colores de nuestra tierra, por lo que dar vida a piezas artísticas se da en todas partes. Desde las grandes artesanas que dibujan sobre lienzos diversos, hasta los grandes artistas y diseñadores

El recuerdo más visual que tengo de mi infancia es estar en la casa de mi abuela materna con un cuaderno blanco y muchos colores. Ella nos contaba historias, del pasado, de nuestros ancestros o inventadas, y mis primos y yo teníamos la tarea de ir dibujando lo que ella decía. Mi hermano siempre ganaba en cuanto a estilo, por eso hoy es diseñador y yo periodista, pero el color, el trazo y la forma en que siempre he amado el arte plástico sigue en mí como en aquellos días.

El tiempo paso y mi visión del arte cambió, pero fue inspirada por mis primos que creaban arte urbano en las paredes de las ciudades, o esa maña que tengo por visitar museos a donde quiera que voy, pero sobre todo, por el diseño editorial que ha sido fundamental en mi vida y que en gran medida ha sido por la enseñanza de los ilustradores y diseñadores que me he ido encontrando, y que me han hecho observar más allá de los colores.

Es por eso que celebro a artistas como Mónica Loya, una muralista que ha sabido imprimir corazón a sus ilustraciones, a los retratos y figuras humanas que la caracterizan y que se acercan mucho al estilo pop surrealista que en nuestro país se ha convertido en esencia y que nos envuelve en sus mensajes, pieza fundamental de este estilo de diseño.

O cómo podemos no hablar de Yani Ruibal si se habla de ilustradoras mexicanas, y su necesidad de expresar sentimientos a través de rostros llenos de misterio, de elementos que fascinan a cualquiera que observe, y que han convertido la flora, fauna y al ser humano en una muestra de arte que ha viajado desde su natal Hermosillo y ha llegado a cubrir toda el territorio nacional.

Pero si la originalidad es el tema base de este artículo, también lo es del trabajo de César Moreno, un hombre que ha llevado el arte pop a otro nivel y que bajo su alias «Pinche Moreno» ha dado vida a gráficos que acompañan a los productos de Nike, Adidas y otras compañías que se han visto en él el futuro del diseño mexicano, y una forma de expresar eso mismo de lo que hemos venido hablando, una tradición milenaria de compartir mediante imágenes un mensaje específico. 

La frescura que tiene la ilustración mexicana es mundialmente conocida, así como el estilo psicodélico de Alfredo Conriqu, mejor conocido como Pogo, un artista que fusionó su arte con el amor por disciplinas como la química y la astronomía, y que deja en evidencia en cada detalle. Sus mayores influencias, según ha dicho, son Akira Toriyama, Murakami y Hikari Shimoda. Bandas como Tame Impala y Queens of the Stone Age han recurrido a él para la creación de pósters, o artes que también han sido parte del éxito musical de estas agrupaciones. 

Finalmente debemos darle un lugar especial a quien honor merece, y a un hombre que puso el nombre de México en alto en un rubro donde no podíamos ni soñar estar, el de los cómics, y que abrió la puerta para que miles de mexicanos estén triunfando con la ilustración. Obviamente hablo del maestro Humberto Ramos, un hombre que recreó a Spider-Man como ahora lo conocemos, así como decenas de superhéroes de Marvel, donde trabajó durante muchísimos años, y en donde llegó a ser parte del equipo de trabajo del fallecido Stan Lee.

El trabajo de estos y miles de ilustradores de nuestro país se ha convertido en una esencia y en un reflejo de nuestro amor por los colores, por la creatividad y por la pasión con la que trabajamos todos y cada uno de nosotros.