Pensamientos en Reclusión | Noir Magazine

Pensamientos en Reclusión

Pensamientos de Reclusión

Ya está cerca. Nunca termina. Un péndulo entre optimismo y desesperación con aburrimiento en el medio comienza a perder inercia. Empiezo a extrañar a mis compañeros de la universidad a cientos de kilómetros de distancia.

Por Felipe Wiedmer

Estoy escribiendo esto a dos días de regresar a la universidad. Voy a comenzar el cuarto semestre en línea. Ya casi se cumple un año desde que regresé a casa para tomar las clases a través de Zoom y Google Meets. Creo que para este punto ya se espera de la juventud universitaria que enfrentemos esto con aplomo, pero ya tiene mucho tiempo que dejó de sentirse extraordinario. Pensamientos en Reclusión.

14 de marzo, 2020. Salí a caminar de mi casa a la plaza Altabrisa a comprar un hidratante con color en una tienda de Bellísima. En la clase de forma y color empezamos el tema de maquillaje natural y colorimetría para el rostro. Estaba en medio de los preparativos para la pasarela anual de la universidad. Tenía un crush con alguien de la escuela.

17 de marzo, 2020. Comienza la cuarentena en Yucatán.

En la mayor parte se ha sentido como entrar en un limbo. La vida no se ha detenido del todo. Seguimos yendo al súper, pedimos comida en una app y a veces hacemos ejercicio. Cada día avanza como en su versión aburrida y rebajada en agua. Para el que le gusta estar vivo y quiere seguir aso, las fiestas y reuniones están fuera de la orden. No quiero decir que el punto de la universidad es bailar hasta caer al suelo, sim embargo las cosas tan cotidianas como sentarte a comer hot dogs del Oxxo en la cafetería o chismear en el salón se sienten tanto como deseos urgentes como lujos banales cuando la muerte nos rodea en cada instante.

Uno de mis álbumes favoritos del 2020 dio un pequeño brinco al futuro. The Slow Rush de Tame Impala habla sobre el paso del tiempo mediante la metáfora de cuartos erosionados por la arena. Canciones como One More Year o Lost In Yesterday presenta a Kevin Parker reflexionando sobre el continuo ciclo de los días y como la memoria se distorsiona para crear impresiones más idílicas. Pensar en cómo fue el pasado cercano se siente foráneo, sin olvidar que, en algún momento fue nuestro presente.

Escribiendo esto me encontré con un video que había olvidado. Frail State of Mind de la banda británica The 1975 muestra una versión de como me siento en este momento. Estoy sentado en mi cama, en mi cuarto, rodeado de (casi) todo lo que necesito para la escuela en este instante. Estoy viendo a Matty Healy encerrado en su oscuro cuarto cubierto de imágenes impresas, revoloteándose en faldas mientras un proyector transmite lo que una cámara puede ver frente a si, en un tripié o en manos del cantante. Algunas imágenes computarizadas o escaneadas y letras de la canción aparecen. Es como ver mi realidad a través de un filtro oscuro pero hermoso.

Cómo flores que nacen en las grietas del concreto aparecen destellos de vida entre la aplastante cotidianeidad de una pandemia. Channel Tres produce un ejercicio de creatividad como salvación de uno mismo con i can’t go outside. El track fuego con Tyler The Creator es uno de los mas groovy entre una colección de sonidos lo-fi y desaturados. Aun así, el final de la canción recalca una verdad temporal con la que nos identificamos: Human contact don’t exist, human contact is a risk.

La necesidad de contacto es inherente a nosotros, innegable. Hasta los robots lo comprenden. Daft Punk lo expresó a la perfección con Paul Williams en Touch, de su magnum opus Random Access Memories.  Touch, sweet touch. You’ve given me so much to feel.

Puede que nada de lo que escribí te deje con un mensaje alentador ni optimista porque honestamente no tengo la seguridad para dar uno. Pero por lo menos te dejo con un poco de música para que descubras o revisites. Estaré dibujando en hojas de papel esperando a que esto acabe.

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