HABLEMOS DE VESTIDOS… Y DE CINE

HABLEMOS DE VESTIDOS… Y DE CINE

Por: Ximena Larrauri.

Desde la elegancia atemporal de Audrey Hepburn en Givenchy hasta el deslumbrante vestido de Ana de Armas en Michael Lo Sordo, estas piezas trascienden las cintas y el tiempo.

La cinematografía no solo nos ha brindado grandes actuaciones y emocionantes tramas a lo largo de los años, sino también momentos memorables de moda que han perdurado en la memoria colectiva. En este recorrido por la historia del cine, destacaremos seis de los vestidos más icónicos que han dejado una huella imborrable en la industria de la moda y el séptimo arte.

Audrey Hepburn en Givenchy 

Tras haber filmado Roman Holiday, Audrey Hepburn se preparaba para las grabaciones de Sabrina. En 1954 la película  marcó un antes y un después en la carrera de Audrey Hepburn. Su colaboración con el diseñador Givenchy dio lugar a momentos de moda inolvidables, destacando un impresionante vestido marfil de noche sin tirantes con diseño floral  en bordados negros, acompañado de elegantes guantes de noche.

A pesar de ser una película en blanco y negro, este vestido se destacó con fuerza, realzando la belleza natural de Audrey sin caer en la extravagancia. Ésta, la historia del vestido que marcó el inicio de una de las amistades más icónicas de la moda y el cine, y que comenzó con un malentendido: Audrey y Givenchy.

Keira Knightley en Jaqueline Durran

En la película ‘Atonement’, Keira Knightley nos deslumbra con un vestido verde diseñado por Jacqueline Durran en 2007. Este vestido verde esmeralda, con inspiración en la década de los años 20 y 30, cuenta con una espalda descubierta y un escote en V que realza la figura de Knightley. 

El director Joe Wright logra darle un significado en pantalla al vestido a través de la iluminación, reflejando la evolución del estado de ánimo del personaje de Cecilia. Este icónico vestido ha perdurado en la historia del cine, siendo una inspiración para eventos de gala y bodas.

Grace Kelly en Edith Head

En la película ‘To Catch a Thief’ de 1955, Grace Kelly interpretó a Frances Stevens, una joven de familia adinerada. A lo largo de la película, vistió diversos trajes diseñados por Edith Head, pero uno de los más memorables fue un vestido de chiffon azul hielo con tirantes delgados y una bufanda a juego. La elegancia de Grace Kelly en la Riviera Francesa se manifestó a través de este vestido, que parecía flotar por la alfombra roja.

Marilyn Monroe en William Travilla

Marilyn Monroe es una leyenda en el mundo del cine, y su vestido rosa en ‘Gentlemen Prefer Blondes’ (1953) es parte de su legado. Este vestido de satén rosa con escote recto sin tirantes, una abertura trasera, un gran lazo en la espalda y guantes largos a juego se ha convertido en un ícono de la moda. Diseñado por William Travilla, este vestido fue subastado por una cifra asombrosa y ha inspirado a numerosas celebridades.

Ana de Armas en Michael Lo Sordo

En ‘No Time to Die’, Ana de Armas interpretó a Paloma, una impresionante ‘Bond girl’. Su vestido, diseñado por Michael Lo Sordo, es un testimonio de elegancia y estilo. El vestido de seda satinada en color azul marino, con un escote pronunciado y una abertura en el muslo, combinado con las joyas de Chopard, capturó la atención de la audiencia y se convirtió en un ícono contemporáneo.

Audrey Hepburn en Paco Rabanne

Audrey Hepburn vuelve a cautivarnos, esta vez con un vestido disco diseñado por Paco Rabanne en la película ‘Two for the Road’ (1967). Este vestido metálico de estilo excesivo y los atrevidos cambios de Audrey en este papel nos muestran una faceta diferente de la actriz. A pesar de ser un desvío de su estilo habitual, este vestido brillante sigue siendo un símbolo de la moda de los años 60 y la influencia perdurable de Audrey Hepburn.

Estos seis vestidos trascienden las décadas y las fronteras, demostrando que la moda y el cine pueden fusionarse en una expresión artística eterna y fascinante. Cada uno de ellos ha dejado una huella imborrable en la historia del cine y la moda, recordándonos que la belleza y la elegancia siempre serán atemporales, al igual que una buena película.

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