Entre el Adiós y el Hello de NYFW | Noir Magazine

Entre el Adiós y el Hello de NYFW

Aunque desde el año pasado han regresado paulatinamente las pasarelas, es en este año cuando se siente la “normalización” de las temporadas de moda tal y como lo conocíamos pre-pandemia. Sin embargo nada es igual, ni nosotros, ni la moda y mucho menos las tendencias que veníamos conociendo.

Por: Gabriela Ramos Caldato

Siendo New York, la más reconocida de las capitales de la moda, es un tanto sorprendente y gratificante ver que la tendencia al grandeur, la feminidad y la sensualidad de la mujer se proyectan al escenario mundial.

Diseñadores como Jason Wu, presentaron colecciones que se pueden considerar una especie de «alta costura estadounidense» y «glamour restaurador de otra época», reflejado en sus notas pre-show, que materializó en románticos atuendos, sencillos pero ampulosos por sus lazos, sus estampados botánicos, faralaos de tobillos, trajes bermudas e incluso vestidos de talle ajustado al cuerpo y todos caracterizados por la epítome del buen gusto.

Por otra parte, Brandon Maxwell en un emotivo show dedicado a su abuela, quien actualmente sufre de Alzheimer, llevo la metáfora de un adiós a su pasarela, casi “despidiendo”!lo que veníamos conociendo y presentando entre textiles blanco y negro, tejido de ochos y seda arrugada, cintura ceñida y estilo de mediados de siglos, varias siluetas que “si bien son una oda a su abuela”, también se alinean con la conceptualización de la elegancia chic, femenina. Los cortes larlos con estéticas favorecedoras a la feminidad de la mujer, logran trascender de lo casual hacia un sentimiento de eterna elegancia.

Maisie Willen trajo el metaverso a la moda y creó una experiencia galáctico virtual, donde pantallas con imágenes holográficas de sus diseños, mostraban a sus musas con comportamientos interactivos donde hacían parecer que eran ellas quienes nos estaban viendo a nosotros los espectadores.

Inspirado en lo que hoy en día es una línea surrealista entre la realidad y la fantasía creó una colección de textiles traslúcidos, algodones orgánicos arruchados, estampados tipo mesh que cubren desde la cara a los dedos de las manos y los pies. Cortes estructurales y sueltas favorecedoras a la belleza femenina.

Y hablando de lo avant garde tenemos a Mike Eckhaus y Zoe Latta, de Eckhaus Latta, quienes celebraron su décimo aniversario en la industria de la moda. Como siempre, sus shows toman lugar en locaciones que parecieran la antítesis de la moda, esta vez en el antiguo mercado de Essex, donde en su momento existían mil estantes y mostradores de comida y garabatos y que alguna vez sirvió como el corazón del vecindario del Lower East Side.

Este está programado para ser demolido pronto y así dar paso a otro rascacielos. Parte de este nostálgico adiós y “hello” fue lo que inspiró a los diseñadores quienes entre amigos, prensa y mentores, (Susan Cianciolo quien desfiló para la marca), presentaron lentejuelas desnudas bordadas en faldas y vestidos transparentes como escamas de pescado resplandecientes.

La mezclilla se trituraba en flecos de seda o se zurcía con mohair de ganchillo; y una cota de malla con forma de ameba se unió en un vestido lencero. Usaron capas para esconder y sutilmente develar escotes en la espalda baja, piernas y busto. Y aunque su pasarela tiende a ser más artística que su producción, Eckhaus Latta presentó el futuro, feliz, prometedor, divertido.

Lo curioso de las colecciones es que todas parecen decirle adiós a una era, darle la bienvenida a otra y el contexto de la tendencia se mezcla lo clásico de la elegancia chic femenina y el futuro a lo matrix, feroz y recargado.

Christian Siriano fue justo esto, una colección de azulejos y diseños que se yuxtaponen entre la realidad tensa, el pasado y el futuro; vimos siluetas de diferentes textiles, cueros, látex, jeans, (todas favorecedoras al cuerpo feminino), combinando ondas futuristas con botas victorianas.

El guante que se transforma en vanga, los trajes tux con mangas estrambóticas entre faralaos y volados, cortes estructurales, drapeados de ensueño, terciopelos, sedas y mallas transparentes; La colección fue un desfile completo de la identidad de la mujer de hoy, esa que resguarda la cultura clásica del pasado, es elegante pero también sensual y atrevida.