Qué es un moodboard, para qué sirve y cómo crear uno

MOODBOARDING IS THE NEW BRAINSTORMING


Del Pinterest a la realidad: cómo crear un tablero que ordene tu estética sin perder la magia.


Antes de que existan los diseños, las campañas o las colecciones, existe una atmósfera. Una intuición estética que flota en la cabeza, entre imágenes sueltas, colores que resuenan y texturas que evocan. ¿Cómo darle forma a ese caos bello? Con un moodboard. Este tablero de inspiración no es solo una herramienta creativa: es el primer manifiesto visual de cualquier proyecto.

Una declaración de intenciones sin palabras, donde todo —desde un tono beige hasta una tipografía serif— cuenta algo.

¿Qué es un moodboard exactamente?

Un moodboard, también conocido como tablero de inspiración, es una herramienta visual que condensa la esencia estética de un proyecto. Funciona como un collage de ideas que puede incluir imágenes, colores, texturas, palabras, tipografías y otros elementos gráficos, todos seleccionados cuidadosamente para evocar una atmósfera, contar una historia o transmitir un concepto. No se trata solo de una suma de cosas bonitas: un buen moodboard es una declaración de intenciones visual.

¿Para qué sirve un moodboard en diseño o proyectos?

Un moodboard, también conocido como tablero de inspiración, es una herramienta visual que condensa la esencia estética de un proyecto. Funciona como un collage de ideas que puede incluir imágenes, colores, texturas, palabras, tipografías y otros elementos gráficos, todos seleccionados cuidadosamente para evocar una atmósfera, contar una historia o transmitir un concepto. No se trata solo de una suma de cosas bonitas: un buen moodboard es una declaración de intenciones visual.

¿Cómo se hace un moodboard paso a paso?

1. Define tu idea base: Antes de comenzar, aclara el concepto que quieres transmitir. ¿Cuál es la emoción central? ¿Qué historia quieres contar? ¿A quién va dirigido?

2. Recolecta inspiración: Busca imágenes, materiales, colores, palabras, ilustraciones o cualquier elemento que resuene con tu idea. Puedes mirar revistas, libros, redes sociales o bancos de imágenes. Lo importante es que todo lo que selecciones tenga intención.

3. Selecciona y edita: No se trata de acumular. Escoge con criterio. El moodboard debe ser claro, no caótico. Menos es más.

4. Organiza visualmente: Distribuye los elementos en una composición armónica, ya sea de forma simétrica o más libre. Lo clave es que todo tenga una conexión visual o conceptual.

5. Añade notas si lo necesitas: Si algún elemento necesita una explicación, una palabra clave o un pequeño comentario, inclúyelo. A veces una frase define mejor el tono que una imagen.

¿Qué herramientas puedo usar para crear un moodboard?

Digitales:

  • Pinterest: ideal para guardar y categorizar inspiración visual.
  • Canva: muy práctica para montar moodboards con plantillas personalizables.
  • Miro o Milanote: perfectas para trabajar de forma colaborativa, añadir notas y ordenar ideas.
  • Adobe Illustrator o Photoshop: para quienes prefieren una edición más detallada.

Físicas: Revistas, recortes, telas, muestras de color, fotografías impresas. Los moodboards analógicos permiten una conexión más táctil y sensorial con el proyecto.

¿Qué tipos de moodboard existen?

  • Moodboard conceptual: centrado en transmitir emociones, sensaciones o ideas abstractas.
  • Moodboard visual: enfocado en la estética del proyecto, incluyendo colores, formas, imágenes y composiciones.
  • Moodboard de estilo: muestra una dirección visual específica (minimalista, retro, bohemio, futurista…).
  • Moodboard de marca: recoge los elementos visuales clave de una identidad (paleta cromática, tipografías, logos, estilo fotográfico).
  • Moodboard narrativo: cuenta una historia a través de secuencias visuales (muy usado en campañas, editoriales y moda).

¿Cómo se eligen las imágenes para un moodboard?

Con intención. Las imágenes deben resonar con el concepto, no solo gustarte. Algunas claves:

  • Elige imágenes que compartan un lenguaje visual coherente (color, luz, estilo).
  • Piensa en qué emociones evocan. ¿Es calma, nostalgia, sofisticación, rebeldía?
  • Mezcla referencias directas (como un vestido o un logotipo) con otras más abstractas (una textura, una sombra, una mirada).
  • Prioriza la calidad visual y la narrativa que construyen en conjunto.
  • Evita la saturación: cada imagen debe aportar, no simplemente decorar.

Un buen moodboard es como un poema visual: no solo muestra, sino que sugiere. Inspira. Y sobre todo, dirige. Si estás por comenzar un nuevo proyecto creativo, este será tu punto de partida.