FALSO ESPIRITUAL DE FRANCISCO MUÑOZ EN GALERÍA RGR: LA GEOMETRÍA COMO TEMA CENTRAL

FALSO ESPIRITUAL DE FRANCISCO MUÑOZ EN GALERÍA RGR: LA GEOMETRÍA COMO TEMA CENTRAL

Una exposición que explora la espiritualidad contemporánea a través de composiciones geométricas y campos de color en pinturas y esculturas. Luego de la estadía de Francisco en Japón, esta obra se posa en México para estar hasta el 15 de junio en Galería RGR.

Con una exposición conformada por 10 piezas, fusionando las influencias de la arquitectura y escultura mexicanas, la pintura mural prehispánica y objetos arqueológicos de Japón, es como se conforma la obra del artista Francisco Muñoz quien en un recorrido por Galería RGR, nos ha llevado a sentir de manera viva y con su narrativa.

Con un tequila en mano, al caer la noche en la preciosa y también caótica Ciudad de México, Francisco nos dio la introducción a su arte, para de esta forma poder deducir conclusiones, cuestionarlo y por supuesto admirar el arte.  Falso espiritual, es una construcción en un ambiente que apela a la idea de templo dentro del espacio de exhibición. Mediante composiciones geométricas y campos de color, esta serie de pinturas y esculturas de Muñoz, indaga sobre aquello que constituye el aura de las cosas -particularmente de las formas- en relación con la noción de espiritualidad en el mundo contemporáneo.

Esta muestra continúa una investigación del autor que es centrada en la dislocación de elementos y recursos formales provenientes de diversas manifestaciones artísticas a lo largo de la historia, así como de diferentes culturas.

Utiliza como fuente momentos y lugares específicos de la historia para crear algo nuevo: de la arquitectura y la escultura moderna en México, de la pintura mural prehispánica, formas de objetos arqueológicos del mundo mesoamericano, así como otros provenientes de contextos tan lejanos como Japón.

Su interés por el uso del color, el simbolismo y los trazos en murales de sitios arqueológicos como Cacaxtla, en Tlaxcala, Teotihuacán, al noreste de la ciudad de México y Tajin, en Veracruz se traduce en el uso de marcados campos de color en su pintura, que la acercan más a un linaje gráfico que pictórico.

Mientras que sus esculturas parten de dibujos que el artista traza en su cuaderno, y antes de ser modeladas manualmente por medio de construcción de placas, parecen formas imposibles plagadas de referencias prehispánicas zoomorfas, de la escultura moderna monumental y el diseño industrial. Al ver tal perfección por mi mente rondaba la pregunta ¿Cuántas veces tuvo que hacer esta pieza para que quedara de esta pulcra forma?…

Observar estos murales prehispánicos o fragmentos de vasijas es de forma necesaria ver algo que está incompleto, que aparece parcialmente. A esta estrategia Francisco Muñoz le llama «movilizar fragmentos de vestigios arqueológicos» para explorar sus formas y superficies.

En cada serie experimenta con una paleta de colores distinta, utilizando estas combinaciones cromáticas como una suerte de transmutación de las formas. Con la cercanía del recorrido y de la mano del artista le cuestioné cuál el uso particular de los círculos, haciendo una pronta conclusión, en cada pieza esta figura geométrica tomaba protagonismo y un balance absoluto a lo que respondió. 

“Viene de mis influencias, tal vez. Mi hermana es diseñadora de moda y pienso que viene de los polka dots” Con una respuesta un tanto improvisada, la curadora de la obra Paola Santos Coy se sumó a la respuesta en la que afirmó que ese detalle no se había cuestionado. 

Al preguntarle los procesos creativos y asegurando que sin crisis y sentimientos no hay artista, Francisco Muñóz aseguró que su obra siempre “es equilibrio”, ¿Cómo sabes cuando parar? “¡Es intuitivo!”.

La manera en que nos relacionamos con una obra de arte o con la representación de un símbolo depende, en gran medida, del espacio en el que se encuentra. Ideas de lo sagrado o lo nacional, por ejemplo, surgen en dependencia a momentos históricos y a contextos particulares; el valor de las imágenes u objetos vinculados con esta idea no es intrínseco, se construye con base a lo que se comparte en una colectividad.

Con Falso espiritual, Francisco Muñoz nos coloca al centro de una pregunta por la fragilidad de los efectos de las obras. Su práctica artística puede entenderse como una suerte de polinización que al tomar y utilizar elementos de múltiples lugares y momentos logra movilizar el peso de la historia y abrir más preguntas.

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RGR ART, GALERÍA MEXICANA DEBUTA EN ART BASEL

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