Arquitectura moderna: minimalismo y maximalismo | Noir Magazine

Arquitectura moderna: minimalismo y maximalismo

No es ninguna sorpresa que la arquitectura siempre ha estado presente en nuestras vidas, por ser la que nos da una imagen visual de lo que se ve, nos da detalles, texturas, colores, figuras entre otras cosas. Por lo que es un tema enriquecedor para todos los amantes visuales y sensitivos.

Por ello hablamos de dos corrientes artísticas que fueron una forma de expresar la crítica de la sociedad en diversas épocas, siendo influencia de diseño para la arquitectura moderna: el minimalismo y el maximalismo. El primero busca siempre la pureza absoluta, sencillez, pero funcionabilidad; el segundo exagerar la decoración con la mezcla de estilos, pone especial énfasis en la sofisticación sin importar la funcionalidad.

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Comencemos con la arquitectura minimalista, que es una tendencia a full en estos tiempos, debido a que se trata de la reducción de los elementos necesarios, que se traduce en diseños únicos y lujosos.
Dicha corriente fue influenciada por el diseño tradicional japonés, del que hemos sido testigos de su poca evolución, donde sólo se adaptan nuevos materiales modernos y texturas, que dependiendo de la tendencia es lo que se va a proyectar en la arquitectura. Esta corriente se convirtió en un movimiento importante en respuesta a las decoraciones excesivas de los periodos previos, alcanzando su auge en Londres y NYC.

Siendo completamente fiel a la época en la que comenzó, debido a que su fundamento será despojar los adornos, dejando únicamente las cualidades esenciales, alcanzando la simplicidad y estado zen, transmitiendo ideas de libertad y vida. Donde lo básico no tiene sólo un valor estético, es una forma de aceptar la vida con la naturaleza de su realidad y singularidades, proyectando dicho mensaje con los materiales y objetos.

Los elementos que resaltan del minimalismo son: las formas geométricas puras, materiales simples lisos o con texturas muy sencillas, componentes limpios y rectos, repetición de orden, sencillos, espacios abiertos y líneas limpias. Que nos dan una simple idea que menos, es más, porque ya no se tiene una contaminación visual al momento de ahora explorar el diseño interno, siendo la fachada lo crucial para dar armonía a lo simple.

Nos queda ahora hablar del maximalismo, mismo que surgió a finales del siglo XX y a principios del XXI, el cual tiene una mezcla de diversos estilos, como el movimiento “más es más”.
A diferencia de la otra corriente, el maximalismo tiene antecedentes más influenciados por el estilo gótico medieval, barroco y rococó, victoriano y hasta el estilo pop.

Se volvió a retomar para el siglo XX, como una forma de crítica a la austeridad del racionalismo posguerra; ya que querían tener un espíritu más complejo, eclético y exagerado, para romper con todo lo que usualmente se observaba en las fachadas de edificios, casas, etc. Los espacios son recargados en una máxima expresión, porque al ser más libres de probar con los colores contrastados y las texturas, lograban expresar formas onduladas, ornamentos, muros revestidos, espejos, candelabros, cortinas sumamente pesadas. Y la paleta de color iba del damasco al violeta y verde lima, por lo que era más divertido jugar con ello.

Actualmente podemos observar que ambas corrientes juegan un papel importante dependiendo de lo que la persona quiera proyectar en la arquitectura, ya que seguimos observando diversos detalles del minimalismo dentro del maximalismo y viceversa, pero visualmente hablando, es completamente notorio, la influencia que maneja el arquitecto dentro de su proyecto, que formará parte de la imagen visual, que se tiene día con día para la apreciación del arte.

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