Cómo meditar por primera vez | Noir Magazine

Cómo meditar por primera vez

Cuando llega el momento de comenzar a meditar, todo puede parecer un poco desconcertante. Después de todo, existen muchos métodos, maestros y tradiciones. ¿Cómo meditar por primera vez?

Cuando se comienza a desarrollar una práctica por primera vez, cuanto más simple sea el enfoque, mejor. La simplicidad es una buena noticia: significa que puedes relajarte y disfrutar del viaje. Te embarcas en el mejor de los viajes: comprender cómo funciona tu mente y cómo trabajar con ella.

Iniciar puede ser confuso pero esta es tu guía definitiva ¿Cómo meditar por primera vez?

Haz tiempo para tu sesión

Como cualquier habilidad, la meditación requiere práctica, pero solo necesitas un espacio de silencio y tiempo a solas para comenzar a meditar.

Establece un tiempo para tu sesión de meditación. Las mañanas son mejores, especialmente si ya tienes una rutina matutina establecida.

Si no es realista para ti meditar por las mañanas, piensa en un momento en el que puedas estar lejos de las distracciones. Incluso si solo puede hacer 5 o 10 minutos, haz el compromiso de una sesión de meditación cada día.

Prueba métodos que funcionen para ti

No hay una sola manera de meditar. Sin embargo, si te resulta difícil controlar tus pensamientos o concentrarte, puede ser más fácil optar por la meditación guiada al principio.

Elige el lugar correcto

Es importante estar en un lugar donde te sientas seguro y cómodo al meditar. No preocuparse por quién puede entrar, los ruidos fuertes o cualquier otra distracción es clave para concentrarse.

También debes elegir un lugar donde tu cuerpo esté quieto, ya sea que prefieras acostarte o sentarte.

Tu cuerpo debe estar en una posición natural, para que tu postura no afecte tu práctica de meditación. Podrás concentrarte mejor cuando te sientas cómodo.

Si tiendes a tener sueño mientras meditas y no tienes problemas para conciliar el sueño, puede ser mejor que medites sentado para que puedas estar presente.

Apóyate en la rutina

Cuando encuentres una práctica de meditación que resuena contigo, comprométete con ella y hazla parte de tu rutina. Por ejemplo, medita antes de tu café de la mañana, después de tu sesión de gimnasia o justo antes de acostarte.

Adjuntar tu práctica de meditación a tus tareas rutinarias existentes puede ayudar a aliviar la tensión y la sensación de agobio en tu día.

Foto de Dane Wetton en Unsplash

No te agobies demasiado

No se supone que la meditación sea estresante o agotadora. No tienes que ser serio o rígido con eso. Es una exploración de uno mismo y de tus emociones.

Puedes dejar que tu mente divague de vez en cuando durante la meditación; tu objetivo debe ser guiarse suavemente de regreso al momento presente.

No te desanimes

La meditación a veces puede causar incomodidad. Puedes experimentar dolor, ira, tristeza… Aproveche los sentimientos que surgen y observalos. No te dejes desanimar.