Logomanía: el regreso del exceso a la moda

UNA LOVE LETTER A LA LOGOMANÍA


Minimalismo y estética silenciosa reinan hoy, pero alguna vez la moda se trató de ser escandalosos . ¿Será que la logomanía merece su regreso?


Antes de los clóset cápsula, del aesthetic beige y del «menos es más», hubo una era en la que la ropa hablaba fuerte y claro. No necesitabas explicar tu estilo; bastaba con entrar a una fiesta con una camisa Versace para que el mundo supiera quién eras.

La logomanía no era solo una tendencia, era un statement de poder. Era Louis Vuitton en monogram, los tenis logeados de balenciaga, era cualquier accesorio de Supreme con logos hasta el último centímetro. Y sí, a veces se sentía too much, pero en verdad era just enough.

Mostrar lo que tenías era parte del juego. Era divertido. Era descarado. Era lo que llamábamos cool.

DOMINABAN LAS MEDUSAS Y LAS DOBLES G

Hubo un momento en el que las camisas más icónicas no eran blancas. Eran impresas hasta el cuello, sedosas, ceñidas, y por supuesto, Versace. Lo mismo pasó después con el cinturón Gucci: era más que un accesorio, era una must en cualquier look.

Después vino el fenómeno de las bolsas: la Dior Saddle, la Speedy de Louis Vuitton, el monograma de Fendi en versión baguette. Todas gritaban exceso, deseo, y sí, pertenencia.

Pero como todo romance, la pasión se apagó. Lentamente, cambiamos las Medusas por camisetas lisas, las bolsas estampadas por piel suave sin logo visible. Y aunque la silueta sigue impecable, algo del juego se perdió en el camino.

¿FUE MÁS DIVERTIDO CUANDO LA MODA GRITABA?

Hay algo de melancolía al ver el feed de hoy. Todo es limpio. Todo es perfectamente neutral. El outfit ideal parece diseñado para pasar desapercibido. Y no lo juzgo: lo minimal tiene su magia. Pero también me pregunto… ¿nos estamos divirtiendo menos?

La logomanía no solo era visual, era emocional. Era drama, exceso, una microhistoria tejida en estampados y branding. No se trataba solo de «comprar marca», se trataba de querer jugar. De vestirte con un poco de humor.

¿VOLVERÁ LA LOGOMANÍA?

Como todo en la moda, las olas van y vienen. En las últimas colecciones, hemos visto indicios. El monograma de Fendi ha regresado sutilmente. Loewe lo hace tímidamente. Y marcas como Balenciaga o Diesel dan hints de maximalismo otra vez.

Quizás la logomanía nunca se fue del todo. Quizás simplemente estaba esperando que nos cansáramos del minimalismo.