MARIELA GARRIGA: ENTRE VERDADES Y EMOCIONES | Noir Magazine

MARIELA GARRIGA: ENTRE VERDADES Y EMOCIONES

Créditos:
Director editorial y realizador: @gerardangulo
Fotografía: @carlos_ruizc
Asistente de moda: @chesusdaras
Makeup: @fulviatellone
Hair: @nikipinna
Entrevista: @e.gala_ Emilio Gala

En una industria donde la apariencia frecuentemente eclipsa la esencia, Mariela Garriga se erige como una gran intérprete que no teme mostrarse vulnerable. Su trayectoria —marcada por disciplina, empatía y una búsqueda genuina de profundidad— revela a una actriz que entiende el arte como un acto de honestidad radical. Este shoot, realizado con alta joyería de Bvlgari, en una villa romana, subraya  ese equilibrio entre elegancia y autenticidad que la define.

Desde Cuba hacia el escenario internacional, Mariela comparte con NOIR su visión sobre el arte, la verdad y el poder de conectar desde lo más íntimo. Entre miradas, silencios y palabras que nacen desde lo más profundo, Mariela Garriga ha encontrado su voz, una que no necesita imponerse, sino revelarse. Desde sus primeros pasos en la actuación hasta su consolidación en el cine internacional, su camino ha sido una búsqueda

constante de autenticidad. Inició su carrera artística en la adolescencia, pero fue al estudiar interpretación cuando Mariela se enfrentó verdaderamente a sí misma: «Me obligó a mirarme por dentro, a conectar con emociones que había aprendido a esconder», confiesa. Para ella, ser genuina con un personaje implica ser brutalmente honesta consigo misma. Un proceso intimidante, pero también liberador. Su arte continúa siendo una gran herramienta de crecimiento personal.

Cuando se le pregunta sobre lo que intenta comunicar a través de su trabajo, su respuesta es clara: la complejidad humana; las contradicciones, las búsquedas, lo que escondemos a los demás y lo que nos cuesta aceptar. Mariela comprende el arte como un lenguaje universal, capaz de enlazar a las personas a través de las emociones: «Las emociones no conocen fronteras, y ahí está la verdadera magia del cine», afirma.

La verdad es el componente que considera más poderoso para conectar con el público: «El público siente cuando algo es genuino». Para ella, cada elección actoral debe nacer de la coherencia interna del personaje, permitiendo que el espectador empatice y viva la historia desde dentro.

Aunque reconoce que cada emoción puede ser un desafío según el contexto, Mariela no clasifica unas como más difíciles que otras: «Todo es cuestión de trabajarlo». 

Su identidad personal, aunque presente, nunca eclipsa al personaje que interpreta. Se entrega a cada historia desde el entendimiento de “qué le pasó a ese ser humano para ser quien es”. Su vulnerabilidad, forjada en gran parte por su experiencia como emigrante, ha nutrido su proceso creativo. Adaptarse a culturas tan distintas como la italiana y la estadounidense la obligó a observar, escuchar y estar atenta a los matices de la vida, habilidades que ahora lleva consigo a cada proyecto.

En un mundo saturado de filtros y ficciones, Mariela concibe la belleza ligada a la autenticidad: «La belleza está en los detalles que no siempre se ven a primera vista, pero que son reales», una definición aplicable a ella misma. Una artista que, lejos de buscar el reflector efímero, prefiere ser un destello persistente en la memoria de quien la escucha, ve o siente.