PATRICIO CAMPILLO: LET FASHION DO THE TALKING | Noir Magazine

PATRICIO CAMPILLO: LET FASHION DO THE TALKING

Créditos:
Director editorial y realización: @gerardangulo
Fotografía: @ggomezstudio
Grooming: @laupantoja
Entrevista: @luistellez

Tras ser despedido de su trabajo en la política, donde pasaba horas leyendo revistas y viendo desfiles, Patricio Campillo decidió que, más que ser un espectador de moda, quería ser él quien la creara. En 2017 fundó su propia marca, en su primera faceta llamada The Pack, que posteriormente evolucionó a Campillo. Hoy, tras años de camino recorrido, es evidente que su pericia política no quedó en el pasado, sino que se ha integrado magistralmente en su más reciente propuesta como diseñador de moda. 

Mientras las pasarelas descansan, el diseñador mexicano que sacudió a la industria hace unos meses al lucir con orgullo su playera El Golfo de México, hace una aparición especial en las páginas de NOIR para desvelar lo que hay detrás de ese icónico momento y reflexionar sobre por qué la moda constituye un verdadero acto de revolución política. 

A los pocos meses de convertirse en el primer diseñador mexicano en acceder a las semifinales del LVMH Prize 2024 —iniciativa creada por el conglomerado de lujo homónimo para impulsar a la nueva generación de creativos—, Patricio Campillo presentó Fictions of Reality, su visión para primavera-verano 2025, en el marco de la New York Fashion Week. 

«La moda es la disciplina creativa más inmediata. Es una representación muy cercana al tiempo presente. En este sentido, para mí fue complicado manejar las emociones que me traían el clima mundial, las circunstancias políticas y la incertidumbre alrededor de los conflictos, entonces esta colección se trató de escapar hacia un lugar mágico, como una fantasía en la que la magia también existe todos los días». 

Si bien este desfile ya marcaba por sí solo varios hitos importantes en su carrera —era su primera presentación en formato físico y qué mejor escenario que una de las grandes capitales de la moda—, fue el grand finale lo que transformó esta experiencia en algo extraordinario. «Extrañamente lo soñé un mes antes y se me hizo simpatiquísima la idea de hacer el doble sentido de ‘El Golfo de México’. Se me hizo divertido porque no había sucedido nada políticamente. [Luego] dejé la idea, porque la colección demandó mucho trabajo ya que era muy artesanal. Pero durante el fitting, un día antes del desfile, me pregunté: “¿Y la camiseta?”. […] De repente —estando por Bushwick— una de las chicas de producción dijo: “Aquí en la esquina hay un screen printing de camisetas». Y dije: “Pues vamos a hacerla”». 

En medio de las tensiones diplomáticas entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y su homólogo estadounidense, Donald Trump —quien había firmado un decreto para renombrar la cuenca oceánica contenida entre los litorales de México, Estados Unidos y Cuba como “Golfo de América”—, el diseñador mexicano no dudó en poner el puño sobre la mesa en territorio contrario y lanzar un poderoso mensaje al mundo a través de su herramienta de expresión predilecta: la moda.  «[La diseñamos] con unas letras que parecían de telenovela y que parecen como [playeras] de un destino vacacional, como las de Acapulco —con delfines y olas— o Cancún, esas muy coloridas que todos conocemos. [Fue] un poco así, reírnos y ya. […] En realidad, no hubo mayor reflexión que eso. Me pareció simpático y coincidió perfectamente. No podría haber salido mejor, aunque no estaba realmente consciente de lo que iba a suceder». 

Lo que comenzó como una ocurrencia espontánea y una casualidad terminó convirtiéndose en la bandera con la que innumerables mexicanos se pronunciaron ante la inconformidad de las atribuciones que se ha tomado el país vecino de renombrar territorio designado históricamente y por convención internacional: «Fue una experiencia intensa, como un remolino. Pero, para mí es más importante enfocarme en las causas que en las consecuencias. Mi deber es seguir trabajando, mi realidad y mi vida no cambian. Ciertamente, mucha gente conoció la marca y fue un momento excepcional, pero es producto de trabajo constante». 

Anna Wintour afirmó una vez que la moda es un reflejo de nuestros tiempos, un registro histórico de los vaivenes de la sociedad. A través de la ropa moldeamos nuestra identidad y nos alineamos con valores que nos identifican. Este rebelde con causa —quien por cierto, desarrolló su carrera en el ámbito político antes de dedicarse de lleno a la moda—, reafirmó, con una sola camiseta y el mensaje preciso, el poder de la moda para declarar intenciones, generar impacto y abrir conversaciones sin pronunciar una sola palabra: «La moda siempre es política. Un punto de vista honesto siempre tiene algo de política involucrado porque es un medio de expresión y el vehículo es la ropa. Entonces sí, ambas están muy unidas porque reflejan lo que está pasando en el mundo y de los cambios de la sociedad. […] la persona que se pone Campillo es alguien que está consciente del impacto que tiene lo que usa, lo que compra y cómo se viste. No solamente en una cuestión estética, sino también de dónde viene, de qué está hecho, quién lo hizo, bajo qué circunstancias y el impacto que pueda tener como producción y venta. […] por otro lado, no tiene tantos prejuicios sobre cosas como la identidad de género o la orientación sexual. Hay un cierto nivel de apertura».