La película de Disney revive el glamour de la maldad
Emma Stone nunca lució tan bella como en su vestuario de Cruella, que mezcla el negro y blanco, así como el glamour de la notoriedad, que a esta villana no le hacía falta.
Para la realización, Disney y el director Craig Gillespie seleccionaron a la dos veces ganadora del Oscar Jenny Beavan, quien realizó 47 cambios de vestuario para la Baronesa y 33 para Estella.
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Según lo ha dicho en entrevistas, realizar unos 80 diseños, y producirlos, ha sido el proyecto más grande en el que ha trabajado hasta la fecha.
Beavan se basó en Portobello y en las piezas vintage que se realizaban en los años 70 para el vestuario de Cruella.
Cinturas recortadas, llamaradas exageradas y solapas de gran tamaño fueron algunos de los detalles que abordó para Disney.
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Cruella, la elegancia a cada paso
“Descubrí que si exageraba los excesos de los años 70, comenzaba a parecer más un disfraz que una ropa”, contó en una entrevista.
Para el personaje de Emma Stone, Estella, recurrió a la paleta de colores característica de Cruella, pero agregando toques rojos y un marcado contraste hacia la estética punk.
Para el bricolaje y fondo de los atuendos se inspiró en la cantante de new wave alemana Nina Hagen.

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Para la Baronesa (Emma Thompson), usó muchas siluetas Dior, y en cuanto a los colores recurrió al cálido marrón y a los dorados, mismos que salpicaron turbantes, tafetán y rasos.
Varios momentos fashion en la película fueron dictados por el guión, que proporcionó a Beavan un marco a medida que se acercaba a cada look.