New York Fashion Week 24: Thom Browne en match con las letras de Edgar Allan Poe

New York Fashion Week 24: Thom Browne en match con las letras de Edgar Allan Poe

Por: Gabi Ramos.

Luego de ausentarse la última temporada, Thom Browne regresó a la Semana de la Moda de Nueva York y ocupó el último lugar de manera magistral.

La última vez que estuvo en una pasarela fue en julio, cuando hizo su debut en la alta costura en la Ópera Garnier de París con su estilo teatral característico. Hoy estaba de regreso en el Shed, en Hudson Yards.

El Principito fue la última puesta en escena, la primavera pasada cuando se presentó en Nueva York.
Esta vez fue el poema de Edgar Allan Poe de 1845, El cuervo, el que inspiró su pasarela. En un patio nevado, un árbol de ramas desnudas vistiendo un vestido de abrigo acolchado gigante, un piso nevado, una ventana iluminada con un cristal roto por donde salían las modelos empezó el show!

Para que entremos en contexto, en el poema de Poe, un estudiante afligido recibe la visita de un cuervo que responde a todas sus preguntas sobre su amor perdido Lenore con la misma palabra: «nunca más». Carrie Coon, Bertha Russell de The Gilded Age, narró el poema, que agregó un elemento de dramatismo al espectáculo.
El poema le dio a Browne su lenguaje visual para el otoño.

En atuendo en un abrigo de muaré blanco tenía una atrevida intarsia con pájaros negros voladores, y un par de chaquetas cuadradas que tenían grafitis con el eslogan del cuervo en letras mayúsculas en la espalda.

Las modelos llevaban tocados de red cuyos perfiles se asemejaban al del pájaro, y sus uñas estaban pintadas de negro y tenían forma de garras.

La estética, en su totalidad teatral, muestra una oda donde se masculiniza la feminidad, mujeres vistiendo trajes de corbatas pero en sí haciéndolo sexy y femenino.

Tenía un estilo muy de Vera Bate Lombardi, una de las primeras musas de Chanel, quien vestía pantalones, camisas y corbatas de hombre inspirando así a Chanel a recrear ese look al mejor estilo de la simplicidad femenina.

La falda de fajín alto al tallo, con camisa blanca ceñida y un corbatin negro fueron de nuestros looks favoritos.

Un gran estilismo de abrigos encima de abrigos y chaquetas muestra el ADN de esta marca y como entre textiles y texturas juega en su estética perfecta y elegante.

Los abrigos tipo puffer “(pero no) que eran una especie de vestido/traje fueron innovadores y el lazo que adornaban los cuellos redondos (muy sport) fue sencillamente chic.

En tendencia estuvo la oda al detalle, los colores sombríos y el dorado que cerró la pasarela es un impactante pantalón con falda peplum estampada con cuervos en ella y un hermoso sweater dorado tipo tweed de finos hilos en su confección.

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