Instantáneas inolvidables: Hitos en las subastas de arte

Instantáneas inolvidables: Hitos en las subastas de arte

Ximena Larrauri

En el evocador escenario de las subastas de arte se han gestado momentos que perduran como testigos de la unión entre la creatividad y la apreciación estética.

Estas pujas, lejos de ser meras transacciones, son episodios que dan forma al tapiz cultural del coleccionismo, permitiendo la oxigenación del tanque artístico, dando vida al cambio, a la innovación y al constante crecimiento. 

Explorar las joyas que han dejado una huella indeleble en la historia del arte es la motivación que da vida a estas líneas; y, en un paseo por el tiempo, repasamos seis de los momentos que dieron inicio a un todo.

El don exquisito y la pieza donada de Rubens

El coleccionista canadiense Kenneth Thomson, imbuido de un compromiso social sublime, adquiere «La Masacre de los Inocentes» de Peter Paul Rubens por $76.5 millones de dólares en 2002. Su gesto altruista trasciende los límites del egoísmo artístico al donar esta joya a la Art Gallery of Ontario, una ofrenda que eleva la experiencia artística a la esfera pública.

La inquebrantable espiritualidad de «Salvator Mundi»

En el año 2017, «Salvator Mundi,» la obra maestra de Leonardo da Vinci, se erigió como la joya indiscutible en una subasta histórica de Christie’s. Este lienzo, que inicialmente cambió de manos en 2005 por una modesta suma de $1,175 dólares, resurgió en la escena global del arte en un acto que desafió el tiempo y la incredulidad.

Al ser adquirida por el príncipe heredero saudita, Mohamed Bin Salman, por la deslumbrante cifra de $450 millones de dólares, «Salvator Mundi» no solo se convirtió en la obra más cara subastada hasta la fecha, sino que también experimentó una resurrección en el centro de debates sobre su autenticidad.

Este evento, subrayado por la incertidumbre y la magnificencia financiera, consolidó su posición como un ícono que trasciende lo divino y lo terrenal en la rica historia del arte.

Un drama efímero con Bansky 

En una noche de octubre en Sotheby’s del 2018, el enigmático artista urbano Banksy dejó al mundo del arte boquiabierto con su obra maestra autodestructiva. «Girl With a Balloon» alcanzó la cifra de $1.4 millones de dólares en subasta, solo para ser devorada por un dispositivo oculto en su marco, momentos después de que se cerrara la venta.

Este acto provocativo, ejecutado con precisión durante la subasta en vivo, encapsuló la esencia subversiva de Banksy. La pieza, rebautizada como «Love is in the Bin», se convirtió no solo en una declaración artística, sino también en un símbolo de la fugacidad de la belleza y las convenciones del mercado del arte.

Virtuosismo en tiempos de pandemia

La pandemia del COVID-19 impuso desafíos impensables, pero las casas de subastas demostraron su capacidad de adaptación. Las subastas virtuales se convirtieron en la norma, fusionando la elegancia de la oferta con la seguridad de la distancia social.

Este capítulo contemporáneo en la historia de las subastas no solo garantiza la continuidad del mercado del arte, sino que también abrió nuevas puertas a una audiencia global conectada a través de pantallas, abriéndole paso a nuevas formas de arte. 

Ecos digitales y el surgimiento de los NFTs

El año 2021 presenció un fenómeno sin precedentes en la historia de las subastas de arte. Christie’s —como era de esperarse— se convierte en el escenario de la primera subasta de un NFT (Token No Fungible), una obra puramente digital. «Everydays: The First 5000 Days» de Beeple, una amalgama de imágenes recopiladas durante 14 años, se vende por asombrosos $69.3 millones de dólares.

Este evento no sólo redefinió los límites del arte tangible, sino que también plasmó la transformación digital del coleccionismo.

La sublime Colección Macklowe

En el ajetreo de la subasta de mayo de 2022, la Colección Macklowe emerge como una constelación resplandeciente.

La suma exorbitante de $922 millones de dólares consagra este evento como la transacción más cara en la historia de las subastas. Obras maestras de Warhol, Rothko y Giacometti danzan en el escenario de Sotheby’s, mientras la dispersión de esta magnífica colección añade nuevos capítulos a la narrativa del arte.

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